Era el partido. Para este Desamparados que vive el dramatismo de la lucha infernal contra el descenso, visitar a Peñarol en Chimbas era todo un desafío. De temple y de fútbol y el Desamparados de los pibes, demostró estar a la altura de lo que está en juego. Con orden, con mucha concentración y con una enorme convicción, Sportivo se hizo fuerte y ganó por 2-0, quedando a 4 puntos sobre Árbol Verde que perdió, cuando solamente quedarán 6 puntos por disputar. Fue el gran paso. Ahora, todo dependerá del mismo Desamparados. Que sólo con no perder en la próxima fecha que lo enfrentará justamente contra los del Barrio Cabot eludirá el descenso directo y definirá luego si juega la Promoción. En el comienzo, la apuesta de Sportivo sorprendió a Peñarol. Ganaron sus volantes en el medio, se asociaron bien Infante y los dos puntas de Desamparados. Fueron dos o tres llegadas sin demasiado peligro. Luego de esos primeros interesantes 25 minutos, Desamparados ya no fue el mismo y Peñarol empezó a hacerse dueño del trámite. Pero Molina no tuvo la capacidad para conducirlo.
En el complemento, Sportivo pegó de entrada y terminó pegando dos veces. A los 2’ Ricardo Mestre peinó la pelota solo ante el estatismo de Sambor. Fue un golpe que nunca terminó de asimilar Peñarol. Pepe Bravo ya jugaba con dos enganches con el ingreso de Morales pero no supo llegar. Desamparados se acomodó para la contra y tuvo algunas chances para definirlo más aún cuando se fue expulsado Miguel Costa en el Bohemio. Peñarol era ansiedad y confusión. Se fue arriba y a los 39’ Desamparados metió el segundo golpe de nocaut cuando Ochoa definió una gran contra para enmudecer a todo Chimbas y llenar de preocupación a Árbol Verde. No hubo tiempo para más. Peñarol no tenía cómo y Desamparados sabía muy bien que había dado el gran paso. Lo jugó con calma, convicción y orden. Lo ganó con absoluta justicia ante un Peñarol que dejó pasar una chance enorme de ser único líder.
