El entrenador Ricardo Caruso Lombardi parece llevar a su Quilmes hacia otro San Patricio, una celebración en la que abunda la cerveza, porque anoche el equipo blanco le ganó a Banfield 4-3 sobre la hora un partido de palo y palo, vibrante por demás.
En el Estadio Florencio Sola, Quilmes había estado dos veces en ventaja, por las conquistas de Bernardo Romeo y Miguel Caneo, el Chino de penal, pero Banfield pasó a ponerse 3-2 por los aciertos de Marcelo Quinteros y los canteranos Facundo Ferreyra y Alejandro Barbaro. Ya en tramo final del cotejo, Pablo Vázquez colocó el 3-3 y a seis minutos del epílogo el uruguayo Martín Cauteruccio estableció el 4-3 cargado de dramatismo.
Pero además se trata de un triunfo revitalizador para Quilmes, porque fue el tercero consecutivo y se logra con la conducción de un Caruso Lombardi que llegó de urgencia y como un bombero para intentar el milagro de sacar al conjunto sureño de un descenso que parecía irreversible.
A pesar de los tres puntos obtenidos, Quilmes sigue en zona de descenso directo, pero ahora está en plena lucha por la superación y salvación, al menos para tener la chance de defender la permanencia en la categoría en una Promoción ante un participante emergente de la B Nacional. En cuanto a Banfield, este revés lo privó de alcanzar a Vélez Sarsfield en la cima del torneo Clausura.
