Había sido el reclamo en el que coincidían, de un modo u otro, todos los que sentaron a la mesa de diálogo que abrió la presidenta Cristina Fernández el 21 de agosto pasado porque también era la mayor queja de los trabajadores. Y en tiempo récord llegó la respuesta: el Gobierno nacional anunció ayer el aumento del piso del mínimo no imponible para el pago del Impuesto a las Ganancias a 15 mil pesos brutos a partir del 1 de septiembre. Es decir, que todos los trabajadores en relación de dependencia dejarán de pagar ganancias si cobran un sueldo bruto de hasta 15.000 pesos.
En esta franja se elimina la división de solteros y casados que rige actualmente y que discriminaba con una presión impositiva más alta al trabajador soltero y sin hijos. En consecuencia para un soltero la actualización significa un aumento de la base imponible de 80 por ciento (el mínimo anterior era de 8.360 pesos), mientras que para los casados es de 33 por ciento (el mínimo era de 11.563 pesos).
Para los trabajadores que cobran un sueldo bruto entre 15 mil y 25 mil pesos se resolvió otorgar un aumento de 20 por ciento del mínimo no imponible del pago de Ganancias.
Esto representará un beneficio de entre 395 y 708 pesos mensuales.
A su vez fijó en este mismo monto ($15.000) el ingreso tope de cada trabajador (o $30.000 el grupo familiar) para percibir el pago de asignaciones familiares, a partir del 1º de septiembre.
Tras el anuncio, el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray; y el director de Anses, Diego Bossio; brindaron detalles del proyecto a todos los participantes del encuentro: empresarios, sindicalistas y bancarios.
Echegaray destacó que con el nuevo tope no pagaran ganancias el 89,8% de los trabajadores (8.382.390) y que sólo lo abonará el 10,2% (955.527). En el caso de los jubilados, precisó que no pagarán ganancias el 99,3% (5.975.623). En total, quedarían fuera del régimen del impuesto a las ganancias 1.497.768 personas, lo que representa una reducción del 40% con respecto a los casi 2,5 millones que tributan hasta hoy.
El titular de la AFIP indicó que el impacto fiscal de la suba del impuesto a las ganancias y de las escalas para recibir asignaciones familiares tendrá un costo fiscal de 4.495 millones de pesos para las arcas del Estado.
El Estado compensará parcialmente esa erogación adicional mediante la creación de un impuesto del 15 por ciento a la compra y venta de acciones que no cotizan en el mercado de capitales y de 10% a la distribución de dividendos.
Por el primer gravamen el Estado confía en recaudar 697 millones de pesos, mientras que por el segundo recibirá 1.359 millones, totalizando 2.056 millones. Echegaray dijo que los 2.439 millones de pesos restantes saldrán de una mejor gestión del gasto público.
El funcionario remarcó que de esta forma el gobierno ‘dejó de lado las propuestas que impulsaban gravar el ahorro en pesos, a través de impuestos a las cuentas a la vista o a la compra y venta de acciones que cotizan en el mercado de capitales‘.
Según detalló Cristina en las próximas horas será firmado el decreto correspondiente para hacer la medida aplicable a partir del 1 de septiembre, que luego será enviado al Congreso. La presidenta encabezó el encuentro del que participaron también los ministros de Economía, Hernán Lorenzino; de Industria, Débora Giorgi; de Planificación, Julio de Vido; de Trabajo, Carlos Tomada. (DyN, Télam, ANSES).
