El precio de la nafta más cara que indique el Automóvil Club Argentino (ACA) es la unidad que toman los juzgados de Faltas provinciales para las multas de tránsito. Y, con el explosivo aumento del combustible tras la devaluación de diciembre, llevó a que la factura por cada imprudencia encima de un vehículo cueste un 20% más que a inicios de enero. Así las cosas, viajar ebrio o sin carnet, que son las violaciones más severas, se facturan por estos días en los talonarios de los policías de Tránsito a razón de $4.682. Por ejemplo, este valor equivale al 45,4% del sueldo de un empleado de comercio, estipulado en $10.309.

El valor de referencia, conocido como ’unidad’, es la nafta Infinia, la más cara de YPF (otrora fue la Fangio) y que por estas horas en las pizarras del ACA en San Juan se indica a $18,73 el litro. En rigor, cada infracción tiene como pena una determinada cantidad de unidades y éstas se multiplican por el valor de la Infinia. Para las faltas más comunes varían entre 50 y 250, pero por ejemplo hay casos, como para el transporte público de pasajeros, que una infracción está tabulada en 600 unidades y la multa puede alcanzar los $11.238, por tratarse de una contravención grave a las reglas.

Si bien hay multas por faltas leves que tienen hasta 75% de descuento (falta de luces, conducir sin tarjeta verde, o bien hacerlo sin carnet) y esa reducción en el monto se define con el juez -pesan en la decisión del magistrado los antecedentes del infractor-, hay otras donde el contraventor debe pagar sí o sí el 100% del valor (ver infografía), entre las que se cuentan pasar un semáforo en rojo o manejar con alcohol en sangre, dos transgresiones a las reglas bastante comunes entre los conductores sanjuaninos.

Este 2016 tiene en su haber tres subas de nafta que hacen al número global del 20%, la última aplicada el 1 de abril pasado. En los juzgados locales, ni bien se autoriza el aumento, acomodan la tarifa. Claro, a diferencia de otros años, en el tándem enero-febrero-marzo-abril de 2016 debieron tocar el valor de cada infracción la misma cantidad de veces que subas acarreó la nafta.

Creen los jueces de Faltas que este brusco incremento de las multas puede atentar con un viejo problema que arrastra el sistema de infracciones: cuanto más alta son las facturas que les entregan a los conductores que infringen la Ley de Tránsito, menos son las chances de cobrarlas y muchos vehículos terminan acumulados en los depósitos oficiales que, por cierto, desde hace rato están repletos de motos y autos.

Además, al costo de la infracción pura hay que sumarle los ‘días de estadía’, que son los que pasa el vehículo en sede policial o depósito, lo que puede llevar el monto a las 5 cifras.