Buenos Aires, 13 de enero.- Otra vez en su terruño. Miguel Angel Solá está en Buenos Aires. Hace poco meses realizó en el teatro SHA “Como por un tubo” y ahora, lo hace en el Maipo, ámbito que lo cobijó con “El diario de Adán y Eva”, junto a su ex, Blanca Oteyza, con una obra sensible y atractivamente perturbadora, “El veneno del teatro”, del autor Rodolf Sirera y con la actuación también de Daniel Freire, argentino, como Solá, radicado en España, y dirigidos por Mario Gas, uruguayo y ex director del teatro Español de Madrid.

Sobre la obra, Miguel Angel nos dice que “estamos ante la presencia de un texto muy atrapante. Es un thriller pero con una serie de implicancias que se dan sobre la marcha, que aportarán vuelta de tuerca impensada. Para mí es un lindo desafío porque me permite incursionar en un rubro que antes no había estado, solamente, desde el plano de la lectura. La situación argumental está centrada entre un aristócrata y un actor comediante y la relación que se va a ir tejiendo entre la víctima y su verdugo".

-Trabajar en el Maipo, ¿qué te genera?

-Sensaciones muy especiales. Yo desde los 6 años vengo transitando entre estas paredes, ya que mi papá trabaja en la boletería de este teatro. Después yo me escapaba al Real Cine (ahora es una playa de estacionamiento lindante con el Maipo).

-¿Qué figuras quedaron grabadas en tu memoria?

-Muchísimas. Adolfo Stray, Dringue Farías y Castrito, Nélida Roca y más hacia acá, la gran creadora que fue Nélida Lobato. Sin embargo, recuerdo de una manera muy especial a una vedette preciosa que se llamaba Violeta Montenegro y que me había subyugado. También evoco los monólogos de los grandes que me permitieron pasar momentos hermosos. Mitad de mi vida pasó por el Maipo, infancia y adolescencia.

-Cada nuevo encuentro con Buenos Aires, ¿qué situaciones te aporta?

-Yo trato de mirar desde el primer piso para arriba. El encuentro entre los ciudadanos es horroroso. Esta ciudad no la cuida nadie. Buenos Aires es tierra de nadie. Se encuentra sucia, asquerosa y llena de baches. La gente mayor tiene muchas dificultades para transitar y el resto, todos se encuentran tensos, fijándose permanentemente quién se le acerca. Hay muchísima gente borracha, drogada, muy violenta.

Sin alejarnos del citado tema, Solá le dice al diario Crónica que “realmente, yo no puedo creer cómo alguien que ha sido elegido como la figuras más alta de esta ciudad (por el jefe de gobierno, Mauricio Macri) no lleve a cabo las políticas para que la ciudad funcione como corresponde. Es una manera de no querer a sus semejantes".

-¿A qué cosas siempre acudís en cada retorno…?

– A mis amigos, a la gente que me brinda sus afectos, su comida, su contención, su solidaridad, su apretón de manos.

– Hablando de sensaciones, ¿qué te genera el hecho de volver a ser papá, ahora, a los 62 años? (Miguel Angel está en pareja, después de su separación de Blanca Oteyza, con la actriz española Paula Cancio, de 28 años).

-Algo decididamente hermoso. Está creciendo la panza. Paula es un ser muy bello y esta situación me envuelve, en cada nueva instancia de la vida, en circunstancias que me generan emoción, proyectos y una enorme ganas de vivir. Estoy muy feliz de ser papá nuevamente.

-¿Como vés la actualidad de nuestro teatro?

-Muy interesante. Hay muchas formas de concebir el teatro y cada uno que lo haga de la manera que le venga en gana. Servir a la gente, ayudarla en su permanente experiencia con la vida y, por sobre todo, entretenerla, divertir y contar historias. Esto también es fundamental.