En la última década, Punta Cana se transformó en un lugar ideal para los mieleros. Su tranquilidad, sus paisajes, sus bellísimas playas de fina arena color marfil y las cristalinas y verdosas aguas del mar que las bañan, son algunos de los ingredientes que bañan de romanticismo un viaje especial para los mieleros, a quienes se le suman aquellos matrimonios que con algunos años más de vida juntos, quieren repetir una experiencia sin igual para fortalecer el amor.
Sin dudas que disfrutar de las playas de Punta Cana son parte de este ritual mielero. Esta localidad dominicana ofrece alrededor de 50 kilómetros de playas. Entre ellas, las más cercanas al aeropuerto están a sólo ocho kilómetros al este y dan inicio al sur de la famosa Costa del Coco. Las aguas color turquesa bañan estas semivírgenes playas, pues se trata de un área con pocos hoteles. Al norte de ésta está otra paradisíaca playa, Cabeza de Toro, repleta de cocoteros y pequeñas palapas para cubrirse del ardiente sol. El Cortecito es otra atractiva playa al norte de Punta Cana, repleta de pequeñas tiendas en donde se puede adquirir un bonito souvenir para traer de regreso a casa, así como también se puede disfrutar de comidas tradicionales en un buen número de pequeños restaurantes.
Punta Cana y alrededores es adoptada desde hace años por el turismo europeo. Alberga a los resorts más renombrados del Caribe. Un reporte de la UNESCO reconoce las playas de Bavaro como las mejores del mundo.
Diversión acuática
Entre las actividades que ofrece este destino se cuenta todo lo referido a la diversión acuática. A lo largo de la franja de playas de Punta Cana y Bávaro se puede disfrutar de nadar en aguas transparentes, así como esnorquelear en las tranquilas y cristalinas aguas del arrecife más largo del país (aproximadamente 30 kilómetros de longitud). El buceo, aunque no extraordinario, es bastante bueno, pues ofrece una gran de variedad de peces, zonas coralinas y apacibles aguas aptas para buceadores con poca experiencia. Hasta allí van en busca de aventuras los mieleros que suelen disfrutar de fotografías subacuáticas.
Otra opción es llegar al Manatí Park, que es un gran parque temático donde el viajero puede pasar el día disfrutando de los animales, plantas y tradiciones de la República Dominicana.
Al llegar la noche, se puede encontrar muchas opciones para pasarla bien. Desde una cena íntima a la luz de las velas en un sitio romántico, como también disfrutar del color y el sabor de las comidas típicas de esa localidad dominicana. Es que en los restaurantes de mariscos se puede disfrutar de las gigantes langostas y deliciosos camarones de la costa, además del sabroso pescado criollo como el chillo, bonito, carite y mero.
La puesta del sol en las playas es imperdible para todos los románticos que buscan de Punta Cana, el lugar ideal para disfrutar del amor.