�El vuelo durará unos 45 minutos y luego el satélite comenzará a girar alrededor de la Tierra en una órbita elíptica.
Durante dos semanas el centro de control argentino realizará cinco movimientos del satélite para convertir esa órbita elíptica en una circular. El satélite termina a 36.000 km girando a la misma velocidad que la Tierra.
En ese punto, entre el equilibro de la fuerza de gravedad terrestre y la fuerza centrífuga del satélite, el Arsat-2 “podría quedarse eternamente”, pero se dan condiciones (como un simple acercamiento de la Luna) que obligan a hacer ajustes.
Para eso, los técnicos de Arsat manejan desde la provincia de Buenos Aires la computadora de control de actitud, que hace que el satélite mire siempre al mismo punto.