Cuando el padre Daniel bajó a la cripta a buscar algunos elementos que faltaban para la celebración de la misa, casi se desmayó del susto. La lápida de piedra de la tumba de monseñor Américo Orzali había sido corrida y un hombre estaba adentro. El sacerdote tardó unos segundos para recomponerse del impacto, ya que la cripta está en el subsuelo, tiene poca iluminación y al intruso sólo se lo divisaba de la cintura para arriba. Inmediatamente llamó a la Policía, que constató que la persona que había ultrajado el lugar no estaba bien psicológicamente.
"Todo sucedió muy rápido y fue un susto muy grande. Lo bueno es que, a pesar de correr la piedra de mármol que cubre la tumba e introducirse, no dañó el féretro porque el cuerpo está cubierto, y no accedió hasta él", contó el padre Rómulo Cámpora, el párroco de la Catedral. La escena se dio poco antes de la celebración de la misa por el Día del Periodista. En el templo mayor había gente cuando llegó la Policía al lugar.
El hombre no fue detenido, pero fue llevado al hospital Rawson para que recibiera atención psiquiátrica. Según explicó el padre Rómulo, no es usual que la cripta esté abierta al público, pero sucede que desde hace unos días están pintando las paredes y por eso al intruso le fue fácil acceder a este lugar. Antes de usurpar la tumba de monseñor Orzali, intentó lo mismo con otra tumba que hay, pero no pudo violar la cerradura. El sacerdote todavía no se explica cómo hizo el hombre para correr la lápida de mármol, que es muy pesada, pero no está sellada. "Esta no es la primera vez que sucede algo así. Cada tanto, nos encontramos con gente que está desequilibrada mentalmente y que entra a la Catedral buscando romper algo o robarse algún objeto religioso", comentó el sacerdote.
En el 2004, en la Catedral saquearon varios objetos, pero se trató de vándalos comunes, que luego terminaron detenidos.
