Oscar Tabárez se presentó en la sala de conferencias del estadio Maracaná de Río de Janeiro con un único deseo: expresar su disconformidad y dolor por la dura sanción impuesta a Luis Suárez por la mordida al jugador italiano Giorgio Chiellini. "Es un fallo de una severidad excesiva. En una decisión que evidentemente está mucho más volcada hacia las opiniones de la artillería mediática que explotó inmediatmente terminado el partido. Hay periodistas que tomaron como único tema ese. No sé de qué nacionalidad eran pero todos hablaban en inglés", comenzó "El Maestro" en un relato en el que no aceptó preguntas.
"Cuando digo artillería mediática es porque el tema que tocaban eran los antecendetes en los que todos sabemos que fue sancionado; hay acosos que parecerían ser eternos", agregó Tabárez. Quien resaltó que si bien "no puede ser de otra manera que el poder lo tenga el organizador, no discutir eso no quiere decir aceptar y no enfrentarse al uso indiscriminado de ese poder". "Como entrenador y docente se me presenta la teoría de chivo expiatorio. En el fundamento estamos de acuerdo pero hay un peligro en esta forma de proceder porque se olvida muchas veces que el chivo expiatorio es una persona que tiene derechos y que en este caso puntual además de las equivocaciones que pudo haber cometido, le ha hecho muchos aportes al fútbol desde dentro del campo de juego, donde está la escencia del poder de convocatoria de estos eventos. Y eso es lo escencial", siguió
