Desde hace 13 años, Paula Castro duerme poco menos de 4 horas, al menos de lunes a viernes. Esta profesora de danza, de 47 años, siempre se las ingenió para acompañar a sus 5 hijos, de entre 13 y 19 años, en las actividades escolares. Dijo que con el ritmo de vida actual esta tarea se complica, pero que no es algo imposible de hacer.
A las 5.45 arranca el día de esta mamá. A esa hora se levanta para prepararle el desayuno a toda la familia y revisar las mochilas de todos los chicos. Eso, a pesar de haberse acostado a las 1.30. "Desde que mis hijos van a la escuela en la ciudad, no estoy en todo el día en mi casa. Es que siempre voy a las reuniones de la escuela o participo en la organización de los actos escolares, que la mayoría de las veces son en la siesta. Vivimos en la calle 13, en Pocito, y no me da tiempo de ir y volver hasta la ciudad por eso me quedo en la casa de mis padres o de mis suegros para poder participar de estas actividades’, dijo la mujer.
Para poder cumplir con esta rutina, Paula también tuvo que organizar el horario de las clases de danza que dicta, tarea que comparte con el trabajo que realiza en el estudio jurídico de su marido y con las clases de yoga y caminatas que realiza para cuidar su salud. ‘Cuando los horarios realmente no me dan para participar de una fiesta escolar, me encargo de colaborar con la ornamentación para esa ocasión. Aprovecho hacer los adornos después de cena y de ayudar a los chicos con los deberes, aunque me acueste tarde. Y este ciclo lectivo estoy un poco más tranquila porque hasta el año pasado, y por 10 años consecutivos, formé parte de la Comisión de Padres del Colegio La Inmaculada. Me propusieron formar parte por la dedicación que puse en participar de las actividades escolares", dijo Paula.
