El mediodía del 8 de agosto pasado Carlos David Zalazar (34) quedaba preso por mentir en el hospital Rawson, que las heridas en el costado izquierdo del rostro y la cabeza de su pareja (le hicieron 80 puntos) las habían provocado supuestos asaltantes en su casa del Lote Hogar 24, en Rivadavia, cuando en realidad el autor de ese ataque había sido él mismo. Al derribo de esa mentira le siguió algo mucho más grave que ahora promete dejarlo en prisión por un largo tiempo: aquel ataque se produjo en medio de una discusión con su mujer, porque ella le recriminaba el supuesto abuso sexual de la hijastra de Zalazar que tiene 17 años.
Ayer, el juez de Instrucción Pablo Flores, evaluó que las pruebas por ahora sostienen esa sospecha y Zalazar fue indagado por las heridas causadas a su mujer y el supuesto abuso sexual de la menor, agravado, entre otras razones, por su calidad de guardador (en la práctica era como su padre) y porque el hecho configuró un grave ultraje para la víctima, dijeron fuentes judiciales.
Asistido por sus defensores César Jofré y Leonardo Villalba, Zalazar se abstuvo de dar su versión de los hechos.
Ahora, los investigadores judiciales esperan la producción de una prueba que será clave para el futuro de este hombre: una entrevista de la menor con el sistema de la Cámara Gesell.
El resultado de esa entrevista encarada por psicólogos arrojará si la chica miente o no, si presenta los indicadores típicos de un abuso sexual y, principalmente, si el sospechoso debe o no seguir siendo considerado autor del grave ultraje sexual que le atribuyen, precisaron fuentes judiciales.
