La mirada social tuvo dos frentes: por un lado, la altura del año y el agotamiento lógico de una rutina cada vez más exigente y por ende, estresante. Por el otro, la atención también se puso en la época del calendario y las ganas ( y por qué no, la necesidad) de verse lo mejor posible para cuando llegue la hora de empezarse a sacar un poco de ropa.
¿A quién no le pasa? Es lo que pensó Alejandra Pugliese, la coordinadora de Actividades Recreativas del complejo Del Bono Beach. De inmediato convocó a un grupo de profesionales y armó una serie de propuestas desde lo psicológico y lo físico para mitigar dos de los grandes males que aquejan a la población por estos días: el stress y el sedentarismo. Así surgieron los talleres del alma y los talleres de bienestar psicofísico que tienen como marco el lago del Dique de Ullum y que en principio se desarrollarán durante el mes de octubre, lo que no quita que puedan extenderse para los próximos meses.
Para participar de estos espacios dónde se reflexiona y se hablan de los temas, pero también se les pone el cuerpo, no hace falta ser socio del complejo. Solamente hay que inscribirse porque los cupos son limitados. "Si bien se hace una especie de terapia de grupo y se hace mucho hincapié en el trabajo personal", explica Alejandra Pugliese, quien además de coordinar es psicóloga y profe de educación física por lo que está más que involucrada en el tema.
Si bien los talleres son diferentes, el modo en que se encaran son parecidos. En el taller de bienestar los objetivos están puestos en mejorar la calidad de vida de los asistentes, erradicando el sedentarismo, atacando el sobrepeso y trabajando sobre los índices metabólicos y los trastornos de alimentación. Para eso se dan charlas informativas pero también se escucha las realidades de quienes van al taller a cargo de la nutricionista Cintia Garramuño, el psicólogo Ignacio Gómez Cornejo y la instructora física Roxana Sarmiento.
"Además se hacen ejercicios y caminatas según las necesidades de cada persona, se toma el peso, se dan consejos desde la parte nutricional y se hace una apoyatura desde los psicológico para ayudarlos en el proceso", explica la organizadora.
Mientras que en los talleres del alma se pone el acento en la reflexión, el relax, el manejo de la ansiedad y la concientización corporal, se hacen ensueños dirigidos. Se trabaja con música -a veces en vivo, ya que va una flautista a tocar-, se contempla el paisaje y el terapeuta alternativo y psicólogo social Alberto Ianelli enseña diferentes técnicas que van desde la digitopuntura (para energizarse por ejemplo o para lograr un estado emocional deseado) hasta los secretos de la energía tántrica (de la tierra) y el profesor de Tai-Chi-Chuan, Carlos Fiorentino, hace sus aportes de lo físico, con las técnicas de la risa y el abrazo por ejemplo, para sentirse mejor.
"El estrés es un gran monstruo que nos afecta a todos y en cada aspecto de la vida porque si uno no está en armonía con uno mismo, seguramente tampoco lo estará con la pareja, ni con los compañeros de trabajo, ni con los hijos. En algún momento, uno tiene que parar y ponerse a pensar que quiere. Este taller es una buena ayuda", aconseja Pugliese.
Si bien los encuentros tenían previsto no más de 4 horas de trabajo, en general se extienden hasta 6 horas o más, según la disponibilidad y el compromiso del grupo. Es que el lugar inspira y la necesidad de verse mejor, también es un gran incentivo.
