El suelo agrícola es un capital a custodiar en todo el mundo y por ende es importante planificar y desarrollar prácticas culturales e incorporación de manejos tecnológicos para preservarlos. Al respecto el ingeniero Juan Pablo Molinelli, de la empresa Nutrientes, dialogó con Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO indicando algunos consejos importantes:
Indicó que entre los principales cambios que se producen en los suelos degradados se pueden mencionar los siguientes:
-Pérdida de estructura del suelo y por ende descenso de la porosidad y del grado de aireación.
-Compactación y encostramiento de la capa superficial del suelo.
-Disminución de la capacidad de retención de agua.
-Disminución de la capacidad de infiltración del agua.
-Descenso de las poblaciones de microorganismos del suelo
Recuperación
En suelos ya cultivados con poca estructura, Molinelli indicó realizar abonos verdes de invierno, para luego incorporarlos. Se recomiendan realizar también labranzas profundas y verticales como un subsolado. Los mismos se siembran en los meses de marzo, abril y mayo.
En cultivos perennes (vid, frutales), considerando franjas de siembre en los interfilares recomendamos:
* Cebada Blanca: se siembran unos 80 kilogramos por hectárea.
* Cebada Negra: se siembran unos 80 kilogramos por hectárea.
La diferencia con la cebada blanca, es que la negra presenta un mayor desarrollo vegetativo y masa foliar traduciéndose en mayor masa vegetal a incorporar. Este tipo de abono verde es el más utilizado, por las características antes mencionadas y por su alta tolerancia a la salinidad (8 dS/m).
-Avena Blanca: se siembran unos 80 kilogramos por hectárea. La bolsa de 40 kilogramos de semilla sale unos $279
-Triticale: se siembran unos 80 kilogramos por hectárea: La bolsa de 40 kilogramos cuesta unos $288.
-Centeno: se siembran unos 80 kilogramos por hectárea y la bolsa de 40 kilogramos de semilla vale unos $423.
Ventajas del empleo del abono verde:
* Mejora los rendimientos. Aumenta la capacidad de los suelos para retener agua y los nutrientes, lo cual se traduce en mejores cosechas. Cada año que se incorporan abonos verdes, aumenta la acumulación de nutrientes en el suelo. Conserva mejor el suelo.
* Mejorar la fertilidad de los suelos.
* Ahorro en abonos químicos. Como el abono verde crece donde se aplica, no es necesario pagar el transporte que requieren la composta o el abono químico.
Sumado a los abonos verdes, en cultivos perennes se recomienda incorporar abonos orgánicos a razón de 10-15 toneladas por hectárea sobre una zanja que se realiza melga por medio en años alternados. Este tipo de abonos sumado a aumentar la fertilidad química del suelo, aumenta la fertilidad física del mismo (estructura, porosidad, retención de agua, etc.).
En lo que respecta a la horticultura, cuando realizamos cultivos de verano (tomate, pimiento, etc.), podemos repetir la incorporación de abonos verdes de invierno para recuperar suelos degradados y sin estructura con las mismas cantidades de semillas por hectárea.
Una práctica para disminuir la salinidad es realizar un cultivo de acelga, sembrando 12kg/ha. La semilla de la misma sale $24 el kg. La época de siembra es de marzo a julio. El cultivo es capaz de consumir esa sal y restablecer un ambiente que haga posible la implantación de otras especies.
Y una práctica usual en todos los chacareros es la incorporación de abonos orgánicos a razón de 10-12 toneladas por hectárea, con el objetivo de mejorar la fertilidad física y química del suelo, recomendó finalmente el ingeniero Juan Pablo Molinelli.
