Por lo menos 2 millones de litros de agua, restos de mosto, otros líquidos y barros. Eso se estimó oficialmente que tenían gran parte de las 85 piletas de la ex bodega Torraga en Caucete. Y si hoy terminan de sacarle los sedimentos al último depósito y los bomberos lo revisan, un promedio de unos 15 hombres por cada jornada, habrán completado 18 días de trabajo de 8 a 18, para nada. Porque nada es el resultado que esperaban en la policía de ese rastrillaje que se inició el pasado 13 de octubre al mediodía con un llamado masculino anónimo al 911, alertando de la presencia en esas piletas del cadáver de Raúl Félix Tellechea, el ingeniero que desapareció el 28 de setiembre de 2004.
La ex bodega Torraga (ahora es del municipio caucetero), se hizo famosa a comienzos de 1993 por la muerte de al menos 30 personas y más de 100 lesionados por el consumo de los vinos "Mansero" y "Soy Cuyano" estirados en esas piletas con alcohol metílico, que se usa como combustible y es tóxico para el consumo humano.
Un pantalón, un bolso y dos camisas fueron hasta ahora las únicas evidencias humanas en esos depósitos. También un trozo de hueso, pero al final resultó ser de un cerdo: esa sospecha se instaló antes de que iniciara la búsqueda porque se sabía que alguna vez un grupo de ladrones robó un chancho y lo ocultó en esas piletas.
El trabajo de la policía fue ininterrumpido. Y también minucioso: desde la fuerza aseguraron ayer que cada paso significativo durante el rastrillaje, fue registrado en fotos y videos. ¿Cuántos?. Por los menos 3 horas de grabación de imágenes y alrededor de 500 fotos sobre el operativo, dijeron fuentes del caso.
"Lo importante era extremar medidas para que no queden dudas de nada", confió un investigador.
Un promedio de 6 bomberos, tres pesquisas de la comisión especial creada para el caso Tellechea, al menos dos efectivos de Criminalística, un uniformado de consigna las 24 horas y por los menos dos camioneros y un capataz municipal, fueron las personas afectadas diariamente al trabajo.
Desde el municipio de Caucete estimaron ayer que durante su participación con dos camiones y sus respectivos choferes (también se empleó un camión de San Martín), se gastaron alrededor de 9.000 pesos durante los días en que estuvieron afectados a la búsqueda.
"Que estuviera el cadáver allí era una posibilidad y teníamos la obligación de averiguar si era cierto o no, más allá de que suponíamos que no encontraríamos nada porque era difícil que alguien tirara un cuerpo allí sin pasar desapercibido para los que viven en ese lugar, dos familias en el ingreso y un changarín en los galpones, que además eran frecuentados por linyeras y hasta por delincuentes que usaban ese lugar como aguantadero", dijo uno de los policías ligado al operativo.
