Posiblemente porque el año pasado se le escapó de las manos la Vuelta luego de haber llegado a la cima de la carrera siendo el más rápido en el ascenso al Colorado, es que Juan Pablo Dotti, tomó la victoria con mucha naturalidad y la cautela de los que ya se quemaron con leche y que no quiere llorar otra vez al ver una vaca. “Es una victoria que me llena de felicidad, pero que no podría haber logrado sin el apoyo de todos mis compañeros, son unos fenómenos, me trajeron resguardados hasta el final y luego el Pato (Luciano Montivero) y el Turco (Ricardo Julio) me dejaron para que definiera. Me hubiera gustado llegar arriba junto al Pato, pero no venía bien porque los problemas de salud que tuvo complicaron su entrenamiento y en cada ataque de los rivales salió a buscarlos, eso lo sintió y al final tuvo que bajar el ritmo”.
Coincidió con el pensamiento que el viento a favor y la mañana fresca hicieron a la etapa menos dura que en años anteriores. “Es cierto lo sentí así, aparte el ritmo en el que se transitó fue cómodo para rodarlo. De todas formas guardé resto para el final, no quise atacar antes porque aunque el viento empuje en los últimos dos kilómetros es cuando la situación es más complicada”.
Consultado sobre si sentía que la diferencia de 35 segundos sobre su escolta, Zamora, era tranquilizadora, Dotti expresó que sí, pero que todavía faltaba una etapa difícil. “Son segundos muy importantes, pero la Circunvalación es un trazado muy duro, hay que tener cuidado con los pinchazos, estar atento a las rodadas, habrá que estar muy despiertos”, concluyó.
