Miles de personas que pedían anular los comicios se enfrentaron ayer con la policía , luego que la abultada victoria electoral del presidente Mahmoud Ahmadinejad provocara las peores protestas vistas en Teherán desde la Revolución Islámica de 1979. La denuncia de fraude por parte del régimen iraní dividió más las aguas en la población iraní y puso en alerta a EEUU e Israel.
Ahmadinejad ganó las elecciones presidenciales con el 62,6% de los votos, una cifra considerada "insólita" por el candidato opositor, Mir Hosein Mussaví, un reformista que sembraba esperanza en Occidente y que logró el 33,7% de los sufragios. La oposición estaba segura de forzar una segunda vuelta pero el presidente ultraconservador salió airoso en primera vuelta.
Mussaví denunció numerosas irregularidades y uno de sus jefes de campaña detalló que durante toda el comicio faltaron las papeletas en muchos colegios, se puso trabas al trabajo de los interventores, no se les permitió asistir al sellado de las urnas y muchos votantes fueron dejados en la calle pese a que el plazo de votación se había prolongado.
El Líder Supremo de Irán, ayatollah Ali Khamenei, exhortó a todos los iraníes a respetar la victoria de Ahmadinejad, luego que Mussavi describió el resultado del comicio como una "peligrosa farsa".
Al grito de "éste no es mi voto", e identificados con lazos verdes, el color de campaña de Mussaví, los congregados llegaron hasta la plaza de Fatemí en Teherán, cercana al Ministerio del Interior, donde fueron reprimidos con violencia por los cientos de policías y milicianos islámicos que desde anoche tiene tomada la zona.
Agentes de uniforme y otros de paisano provistos de porras trataron de amedrentar a la multitud, en su mayoría jóvenes y muchas mujeres, durante el recorrido hasta la sede del ministerio.
Las mismas escenas de enfrentamiento se repitieron en diferentes puntos de Teherán.
En la Universidad de Teherán, unos 100 policías con cascos y escudos usaron gas lacrimógeno y pimienta al perseguir a unos 300 a 400 estudiantes que cantaban: "Gente: apóyennos, apóyennos".
Analistas iraníes y occidentales dijeron que la reelección de Ahmadinejad posiblemente decepcionará a las potencias que buscan convencer a Irán para que suspenda sus actividades nucleares, que se sospecha están dirigidas al desarrollo de armas nucleares.
También afirman que el nuevo mandato de Ahmadinejad podría complicar aún más los esfuerzos del presidente estadounidense, Barack Obama, para acercarse a Algunos analistas creían que Mussavi podía encabezar en Irán una suerte de "Revolución de Terciopelo", similar a la que ocurrió en otros países que se alejaron de la influencia de la ex Unión Soviética, dada la posición del postulante moderado en favor de los derechos de las mujeres y de mejorar las relaciones con Occidente.
