El juicio al atleta, Oscar Pistorius, por el asesinato de su novia, la modelo Reeva Steenkamp, se reanudó en la jornada de ayer en el Tribunal Superior de Pretoria, después de un receso de casi tres semanas solicitado por la Fiscalía.
Las vistas se retomaron con el testimonio de Johan Stander, vecino y amigo de Pistorius, además de administrador del complejo donde vive el atleta y una de las primeras personas a las que llamó el acusado después de matar a tiros a Steenkamp, la madrugada del 14 de febrero de 2014, en su casa de Pretoria. “Por favor, Johan, por favor, ven a mi casa. He disparado a Reeva. Pensé que era un intruso”, le dijo Pistorius a Stander -testigo de la Fiscalía- cuando le llamó por teléfono poco después de las tres de la madrugada la noche del crimen. Consultado por uno de los abogados de Pistorius, Kenny Oldwage, Stander relató cómo al llegar a la casa vio al velocista bajar las escaleras con su novia herida en brazos. “Lloraba mucho, sufría, y nos pidió que la ayudáramos”, recordó el testigo -quien fue a la vivienda de Pistorius acompañado de su hija- sobre la actitud del atleta que disputó Juegos Olímpicos y Paralímpicos debido a la falta de sus extremidades inferiores desde su nacimiento. Según su versión, el vecino de Pistorius y médico Johan Stipp -quien ya declaró en el juicio a petición de la Fiscalía- llegó también al domicilio, y el propio Stander llamó a una ambulancia, que llegó minutos después y declaró muerta a Steenkamp. El fiscal, Gerrie Nel, acusa a Oscar Pistorius del “asesinato premeditado” de su pareja, de 29 años, después de una supuesta discusión, que aseguran haber escuchado varios testigos de la acusación. De ser declarado culpable de este cargo sería condenado a cadena perpetua.
