Una denuncia anónima de un vecino que se cansó del hedor de decenas de gatos conviviendo en una casa alertó a la Policía Ecológica. Y los efectivos constataron lo que pasaba en esa vivienda de calle Salta, en Capital. De acuerdo a la Policía, el dueño del inmueble tiene en su fondo 50 gatos de diferentes tamaños y según el acta de infracción, se perciben ‘olores nauseabundos y hay gran cantidad de moscas’. Por eso, al hombre le hicieron un acta por transgredir la ley 7.819 del Código de Faltas, que pena a quien genera emanación de vapores que puedan afectar a personas o al medio ambiente. En el caso intervino el Primer Juzgado de Faltas.

De acuerdo a fuentes policiales, el dueño de casa, de apellido Soto, cuida gatos desde hace muchos años. Los policías le contabilizaron medio centenar de felinos en el fondo de su vivienda, de aproximadamente 50 m por 20 m, cercado por un alambrado de tela metálica. Y asentaron en un acta que percibieron olores nauseabundos.

Unos vecinos definieron al hombre como de ‘buen corazón’ y que de hecho, muchos de los gatos fueron rescatados por él cuando erradicaron un asentamiento cercano. Indicaron que los animales fueron reproduciéndose, al punto que los restos de heces, comida y orina generaron intensos olores, que se advierten incluso desde la vereda. Además, dijeron que los animales suelen merodear en grupos las casas y los techos aledaños.

Según informaron desde la Policía Ecológica, el cuidador de los gatos es presunto infractor del artículo 169 del Código de Faltas, que habla de emanación de vapores que puedan producir efectos nocivos a la salud de las personas o que alteren el medio ambiente. Tiene una sanción que va de una multa de $300 a $10.000, trabajos de utilidad pública y/o arresto de 5 a 30 días.

De acuerdo a las fuentes, estos procesos suelen ser largos y terminan resolviéndose con la entrega de los animales en adopción por parte de los infractores. Es que pese a que el artículo 72 del Código de Faltas establece que serán secuestrados en caso de persistir la contravención, en San Juan no existe un lugar específico para derivar los animales domésticos incautados por estas causas, revelaron.

El propietario de la vivienda no quiso hablar con este medio, pero reconoció la presencia de los felinos en su fondo, a la vez que colgó un cartel en la fachada que dice: ‘Se regalan gatitos’. Por su parte, un grupo de protectores de animales se enteró del caso y se acercó a la vivienda para ofrecerle llevar los gatos adultos a los quirófanos municipales de esterilización, limpiar el fondo y tratar de dar en adopción a los gatos pequeños, según indicó Andrea Oro, del Voluntariado para Ayudar a los Animales.