Las 63.987 hectáreas que tiene el campo jachallero Caballo Anca, que busca el Gobierno provincial colonizar tras una trabajosa expropiación que aún resta finiquitar y un estudio que encargó al INTA para diagramar las posibilidades de desarrollo, ya tiene las primeras definiciones: las tierras serán parcelas y vendidas a bajo precio, valor que dependerá de qué tan ricas en recursos sean esas porciones de terreno.

En un principio se había evaluado la posibilidad de entregarlas gratuitamente. El plan es convocar a los productores de distintas ramas, mostrarles las chances de la zona y tentarlos a adquirir las tierras. El gobernador Gioja adelantó que una de las actividades que propiciarán será la ganadería, porque requiere de poca infraestructura y necesita poca agua. En distintas épocas, los gobiernos de turno encararon ambiciosos proyectos para colonizar zonas inhóspitas, pero la mayoría quedaron truncos con el paso del tiempo (ver aparte).

El Gobierno está presuroso de tener en mano el informe del INTA, que podría estar en marzo del año que viene en las oficinas de calle Paula Albarracín de Sarmiento, pero que en un par de semanas ya podría arrojar los primeros indicios en cuanto al recurso hídrico que hay en la corteza terrestre del Valle del Río Bermejo, donde se emplaza el campo, tarea que está monitoreando el Centro de Aguas Subterráneas. Es que con el mapeo que muestre las zonas cultas, las incultas, permitirá saber la viabilidad de los cultivos que se adaptarían a esas condiciones. Tras este paso habrá vía libre a la venta de parcelas.

El valor de las tierras

El precio que tendrán la tierras todavía no se sabe, pero sí que será acorde no sólo a la calidad de la tierra sino también a la ubicación que tiene el campo, que si bien tendrá una flamante vía de acceso, como lo es la ruta 150 y disponibilidad de una línea de alta tensión de 132 kV, los que inviertan en la zona deberán disponer de una inversión en logística más alta que si lo hacen en un campo ‘’más urbano’’. En promedio, el Estado planteó una expropiación a razón de 98 pesos la hectárea; pero una porción idéntica de tierra en sitios más cercanos al Valle o Jáchal se cotiza como mínimo -sin cultivar- alrededor de los 3.000 pesos. Entre esos parámetros, por cierto bien amplios, es el valor en el que se moverán los precios de las tierras.

Otro tema que todavía está en discusión es si la electricidad para hacer andar los pozos de agua será gratis o al menos tendrá algún tipo de subsidio. ‘’Para que esto funcione va a tener que haber de arranque un incentivo fuerte del Estado’’, reconoció un alto funcionario de la cartera de Producción.

Perfil ganadero

La geografía de Caballo Anca tiene, a simple vista, un parecido a la de Valle Fértil, departamento que tiene un desarrollo ganadero muy importante, al punto que algo menos de la mitad del ganado bovino se encuentra en ese distrito del Noreste sanjuanino (unas 18.000 cabezas). Hugo Berenguer, director de Desarrollo Pecuario de la provincia, explicó que ‘’es muy apto (Caballo Anca) para la ganadería. El ganado bovino y caprino va a andar muy bien en esa zona. Además hay herramientas financieras nacionales para incentivar el desarrollo de esta actividad y pueden aprovecharse en esto’’. El funcionario agregó que ‘’para una zona como esa es fundamental hacer aguadas, con aguas subterráneas y ver si la pradera va a ser natural o implantada con pasturas de alta performance con alfalfa de alto recupero’’.