Buenos Aires, 10 de abril.- El canciller argentino se reunió ayer por la noche de Tokio, en el marco de una visita oficial que se extenderá casi todo el domingo y el lunes. El encuentro con integrantes de la colectividad argentina en Japón, ante quienes expresó la voluntad del gobierno argentino de "seguir ayudando en todo lo que necesiten".
En su primera actividad y en el marco de una visita oficial, el canciller aprovechó un encuentro organizado en la sede de la embajada argentina, para agradecer el trabajo de los diplomáticos en favor de los connacionales que fueron afectados por el terremoto en Japón del 11 de marzo pasado.
La llegada del ministro, se produjo a casi un mes de la catástrofe que causó más de 3.500 muertes, 7.000 desaparecidos y la devastación de gran parte de la costa nororiental de este moderno país, que cuenta con una población de 140 millones de habitantes en un territorio que entra siete veces en la Argentina.
El fenómeno también causó daños en tres de las 54 centrales atómicas con que cuenta Japón, especialmente en Fukushima Uno, donde se produjo el escape de gases radiactivos que obligaron a la evacuación de personas en una radio de 30 kilómetros.
Timerman, en su encuentro con Matsumoto, también tiene previsto abordar otras cuestiones bilaterales, según dijeron voceros de la Embajada Argentina en Japón, a cargo de Raúl Dejean Rodríguez.
Precisamente la sede de la representación diplomática, ubicada en la zona de Sendai Sakawe, en pleno centro de Tokio, fue el escenario de un encuentro que el Canciller mantuvo con integrantes de la colectividad argentina, cuyo número supera los 4.000 y en su mayoría son descendientes de inmigrantes japoneses en la Argentina.
A pesar de las casi 500 réplicas menores que tuvo hasta el momento el terremoto del 11 de marzo, la vida de los habitantes de Tokio transcurre con normalidad; con su tránsito ordenado, sus calles y lugares públicos pulcros y las personas trasladándose de una lado a otro en bicicletas o en su enorme red de subtes y trenes que conectan todos los puntos de la ciudad y sus alrededores.
Tokio presenta en esta época el llamativo espectáculo de los árboles de cerezo florecidos, que por miles adornan calles y paseos públicos de la ciudad e imprimen un toque de delicada belleza a la gigantesca urbe.
Los japoneses homenajean la llegada de la primavera con varios festejos tradicionales, uno de los cuales consiste en realizar picnic familiares a los muchos espacios verdes con que cuentan, y allí comer y beber rodeados de cerezos en flor.
A pesar de que las autoridades aseguran que no hay peligro de radiación ni contaminación, muchos de los habitantes de Tokio mantienen la costumbre de utilizar barbijos en los lugares públicos.
Por lo demás, mantienen un trato cordial y respetuoso con los visitantes extranjeros, y realizan verdaderos esfuerzos para superar el impedimento del idioma y poder satisfacer las consultas que se les realizan.
