Él con dos puntazos en las muñecas y otro en el pecho que, por suerte, fue superficial. Un tajo en la sien izquierda, moretones en ambos brazos y el cuerpo dolorido por las patadas que le dieron en el piso. Y ella, asustada y con los brazos lastimados debido a que la arrastraron para encerrarla en el baño. Esas fueron las secuelas que les quedaron a María Mora (81, sufre hipertensión y artrosis) y a su esposo José Serer (86, hipertenso y diabético) tras ser víctimas ayer en la mañana de un feroz asalto en su casa del Bº Amespu, Rawson. Dos sujetos armados los sorprendieron junto a su empleada. Primero, encerraron a las mujeres en el baño. Luego, uno de los malvivientes golpeó al hombre cuando entraba a la vivienda y lo llevó a la rastra a su dormitorio. En un descuido, el anciano tomó un revólver calibre 38 de un mueble, le disparó dos veces a ese ladrón y, al parecer, lo hirió, dijo Serer. A cambio, recibió tres puntazos y más golpes. Finalmente, los ladrones huyeron con joyas, una plancha, un teléfono inalámbrico, un nebulizador, tres cuchillos de carneo, un reloj, el arma y $150.
Serer contó que todo ocurrió a las 9.30 en su casa de la manzana F. A esa hora, su mujer preparaba el almuerzo, la empleada, de 47 años, estaba en el baño, y el anciano dormía en una silla en la entrada de la vivienda. ‘Estaba cocinando y me taparon los ojos por detrás. Pensé que era un nieto, pero cuando me dijeron que era un robo me quedé helada. Me llevaron al baño, me caí, me arrastraron y me encerraron con la empleada’, dijo Mora, quien agregó que los ladrones entraron por el frente aprovechando que su esposo dormía.
Al rato, Serer fue adentro y ahí le dieron un golpe en la cabeza y lo llevaron a la pieza. Ahí, uno de los ladrones lo golpeó pidiéndole plata y se fue al comedor: ‘Saqué el arma, que era un regalo de mi abuelo, y cuando el tipo entró le disparé varias veces, pero sólo salieron dos tiros. El tipo dijo ‘me diste’, me acuchilló, me quitó el revólver y después se fueron’, dijo Serer. Y agregó: ‘no entiendo cómo pueden atacar a dos personas enfermas e indefensas’.
