La que debía ser una fiesta deportiva, como lo es cada edición de la Doble Calingasta, no terminó como tal. La ganó Gerardo Tivani, quien hizo valer la bonificación conseguida en la jornada sabatina con respecto a sus seguidores. Pero, siempre hay un pero, una decisión sobre los tiempos de ese viaje de ida fue el punto clave para que ayer en vez de terminar con todos disfrutando del podio, hubiese gente que se sintió perjudicada: la Agrupación Virgen de Fátima, cuyo ciclista, Franco López, ganador de las metas de montaña y segundo en la clasificación general (a 1 segundo de Tivani) no asistió a la premiación.
¿Qué pasó? En la jornada del sábado, el mismo ganador, lo reconoce hubo ciclistas dentro de los 12 que arribaron escapados que no embalaron, pero si bien es cierto frenaron sus pedales o mermaron su velocidad, ingresaron dentro de los 200 metros que el reglamento reconoce para que se les otorgue el mismo tiempo. Tal es el caso de Juan Gáspari (a quien le dieron una diferencia de 16s) con respecto a Tivani y de Luciano Montivero (quedó a 20s). Los piqueteros aducen que tanto uno como otro deberían haber sido clasificados con la misma diferencia del resto (10 segundos) y como se ‘picó’ (así se denomina en el ambiente cuando se marcan los tiempos de los corredores) el cronometro el sábado, similar actitud debería haberse tenido en cuenta ayer, en la última etapa que ganó el ruso Andrey Sartasov (SEP- Nueva Escuela) escoltado del colombiano Camilo Mendoza (Jácamo Refrigeración).
Como los dos ciclistas que se escaparon bajando el alto de la Quebrada de las Burras estaban a 24 minutos del líder en la clasificación general, la carrera propiamente dicha se disputó por los cuatro segundos que otorgaba el tercer puesto en la etapa. Y, justamente, tercero culminó el chamicalense Franco López (Agrupación Virgen de Fátima) quien estaba a cinco segundos en la general y que con los cuatro que ganó de la bonificación quedaba a uno. Pero claro, entre López que culminó el esfuerzo de la tarde de ayer tercero y Gerardo Tivani que culminó séptimo, ‘picando’ el cronometro hubo cuatro segundos de diferencia, por lo que para los piqueteros el ganador debía ser el riojano que corre con el número 25. ‘En total sacó ocho por lo que ganó por tres segundos’, reclamaba Carlos Gómez, presidente de la ONG chimbera.
Polémica aparte, el mismo Tivani le contó a DIARIO DE CUYO estar sorprendido porque el sábado no ingresaron todos con el mismo tiempo. Lo cierto es que su victoria, sacrificada porque debió defenderse de todos los ataques de quienes estaban a pocos segundos y tenían expectativas de desbancarlo, y justa porque él no tiene nada que ver con las distintas interpretaciones de un reglamento cuya letra es clara, entró en una nebulosa de polémica que ‘la Calingasta’ no merecía.
El regreso desde el departamento cordillerano tuvo un desarrollo interesante, con intentos de fuga permanente que ponían en vilo el liderazgo del pocitano.
El equipo del líder debió trabajar a destajo para ‘cerrar huecos’ y no permitir que se les escapara, como ocurrió en los dos años anteriores, la clásica del Club Del Bono.
Intentos hubo muchos, como se esperaba, del SEP que tenía a Emiliano Ibarra a sólo dos segundos, del riojano Gabriel Juárez (SLST) que estaba a sólo seis segundos, del bonaerense Lucas Lopardo (Stylo Bike San Juan) quien debía achicar una distancia de diez segundos. La defensa pocitana fue titánica. Más de una vez debieron ‘llevar’ a su líder hasta la rueda de quienes lo hicieron sufrir y con su esfuerzo armaron una atractiva carrera.
