El objetivo que se había planteado Nicolás Tivani con la gente de su equipo, el del Centro Mundial de Ciclismo de la UCI, fue terminar la carrera. Hasta el momento lo está logrando. Es que el Tour de Bretagne es una carrera muy dura porque la mayoría de sus etapas tienen montaña y suele destrozar las expectativas de los jóvenes ciclistas que lo disputan.
Cuatro de los parciales de la carrera son de las denominados “de media montaña” porque tienen picos no tan pronunciados y pueden definirse en llegadas con grupos grandes, como ha ocurrido ayer, cuando el belga Boris Vallée se impuso en el largo tramo de 193 kilómetros que unió Plestin-les-Grèves con Treffléan, el que cubrió en 4h36m55s. Dentro de ese sprint masivo, “Nico” Tivani fue 21, no bonificó, pero ganó tres puestos, con respecto a la clasificación general del día anterior. Pasó del 49 al 46, manteniéndose a 1m21s de diferencia del líder de la clasificación general, el estadounidense Adrien Costa (Hagens Berman) que comanda, desde anteayer cuando se desarrolló la primera etapa de alta montaña, con un tiempo de 20h53m01s.
A la carrera le quedan dos etapas. Hoy se correrá un tramo de 152 kilómetros con cuatro puertos bravos. Dos de categoría especial (Calvarie 2,4 km con desnivel del 12%; Chapelle 1,3 km al 17%) y dos de primera categoría. Y, mañana L’Eingle-Dinan, 149 km, también de alta montaña.
