Perú, 16 de junio.- El domingo último decidió dejar la arena y abandonar la insana actividad (para él para los toros), se quitó la coleta en medio del estadio y abandonó el ruedo.
“Estoy firme. Me dio mucho miedo y ya no quiero ser torero”, dijo con sensatez el joven de 22 años.
Por su parte, el juez de plaza, Roberto Andrade, ordenó que los arrestaran pues estaba faltando al compromiso para el que había sido contratado.
Posteriormente fue presentado ante un juez cívico, pero al no haber una denuncia de la empresa, pagó una multa y quedó libre.
“Hice mi declaración, le expliqué al juez que tuve mucho miedo y que no podía matar a ese toro. Para los taurinos puede ser inexplicable, pero para mí está perfectamente claro”, concluyó.
Tiene razón. Soldado que huye, sirve para otra guerra…
