Estaba muy feliz, se abrazó con su cuñado Gerardo Fernández y luego con los demás integrantes de su equipo. Es que Matías Torres, un platense de 29 años, logró ayer su primera victoria en la provincia de San Juan y lo hizo en el marco de una Vuelta. “Estoy muy contento porque ganar aquí, en una prueba tan popular no es cosa de todos los días”, expresó este ciclista que corrió la Vuelta hace 12 años y luego anduvo probando suerte por Europa.
“Cuando salimos con Villalobo y vimos que habíamos sacado una ventaja nos propusimos darle a morir hasta la raya. Tiramos parejo y sobre el final disputamos el embalaje a fondo, era abierto para cualquiera”, confió.
En todos los micrófonos y grabadores que se le cruzaron agradeció a Leonardo Messineo (ciclista que sufrió un accidente antes del Giro del Sol y tuvieron que operarlo de una fractura en el fémur) y al técnico Roberto Braghette porque ambos confiaron en sus condiciones.
“Leandro es como un hermano para mí y gracias a su apoyo estoy aquí corriendo. También quiero hacer público la confianza que me ha dado Roberto porque supo orientarme con el entrenamiento para que actualmente me encuentre en un gran momento de forma y haya podido explotarlo acá”, amplió.
Torres pertenece a aquella clase de ciclistas que no gana muy seguido. Sumido más a la función de gregario, haberse convertido en mariposa, lo sumió en una gran felicidad que la disfrutó como se debía en el podio realizado en Angaco.
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