A lo largo de su historia, el Penal de Chimbas se ha caracterizado por concretar actividades en sus talleres que trascendieron las paredes de la cárcel. Entre las más recordados está la fabricación de banquetas para que los adultos mayores no esperaran de pie el pago de jubilaciones en el Ferrourbanístico, el amasado de trinchas de pan para repartir en los comedores infantiles o la fabricación de alpargatas para repartir entre chicos de una escuela de 25 de Mayo o la confección de ropa para donar.
El de carpintería es la vedette de los talleres de la cárcel. De hecho, ahora están arreglando bancos de la Escuela San Juan Bautista y reacondicionando el escenario de actos, mientras que hace un tiempo trabajaron en la capilla de Casa de Gobierno, hicieron las estanterías para archivar casi 200 mil historias clínicas en el subsuelo del Hospital Marcial Quiroga y sus trabajos son expuestos en la Feria Internacional de Artesanías y en la Fiesta del Sol.
El Penal aloja además otros talleres, como el de zapatería, que fabrica borcegos en formas artesanal; el de herrería; el mecánico, en el que arreglan generalmente las movilidades del Servicio Penitenciario pero también puede encarar trabajos de chapa y pintura; y el de mantenimiento, en el que los internos realizan trabajos dentro del Penal, como electricidad, plomería o jardinería.
En tanto, las autoridades anunciaron que analizan si para este año pueden reactivar la bloquera, que está en desuso.
Por otro lado, aunque está poco difundido, cada taller puede realizar trabajos a cualquier particular, para los que son necesarios aportar todos los materiales que el interno vaya a usar.
