Un equipo de bomberos especialistas se unió ayer a los esfuerzos para tratar de rescatar a decenas de personas que se presume están atrapadas en un edificio de 14 pisos que se desplomó en la ciudad de Concepción durante el terremoto del sábado.

Se trata de 55 bomberos que viajaron ayer desde Santiago y que estuvieron durante varias semanas trabajando en Haití, tras el terremoto que devastó ese país el pasado 12 de enero.

El edificio colapsado de 14 pisos quedó a la altura de tres y está situado en el céntrico barrio cívico de Concepción, la capital de la región del Bío Bío y que es una de las ciudades más afectadas por el sismo.

"Fue impresionante", contó a medios locales uno de los moradores que logró escapar, quien precisó que el inmueble comenzó a oscilar al comenzar el sismo y después "se dobló sobre sí mismo" y cayó.

La estructura presenta ahora una altura equivalente a unos tres pisos en lugar de los catorce originales.

El inmueble, que tiene 80 departamentos, fue entregado recién el año pasado y según la alcaldesa de la ciudad, Jacqueline Van Rysselberghe, bajo los escombros hay entre 80 y 100 personas, entre las que podría haber supervivientes.

Van Rysselbergue criticó al Gobierno central por la tardanza en el envío de los bomberos especialistas, señalando que deberían haber viajado el mismo sábado a Concepción, situada a 515 kilómetros de Santiago.

"Gracias a Dios los mandaron, pero los necesitábamos ayer", dijo la alcaldesa.

Ayer, los bomberos recuperaron tres cadáveres desde los escombros del edificio y comenzaron a perforar los muros derruidos para facilitar la entrada de aire a los sectores en los que se han escuchado, según testigos, gritos que piden auxilio.

Aunque se trata del caso más dramático, el de Concepción no es el único de edificaciones de construcción recientes colapsadas a través del terremoto. En el municipio santiaguino de Maipú fueron cuatro los edificios de un moderno condominio que se desplomaron y en Viña del Mar las autoridades ordenaron el desalojo de varios otros que resultaron gravemente dañados.

El obispo católico Aejandro Goic, presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, criticó a las empresas que "por ahorrarse unos pesos", construyen edificios que se convierten en trampas para sus moradores.