Turquía 14 de mayo.- Al menos 274 personas murieron y 120 siguen desaparecidas por el accidente registrado en una mina de carbón en el oeste de Turquía, el más grave en toda la historia de la minería en el mundo , revelaron hoy las autoridades turcas, mientras miles de personas salieron a las calles y pidieron la renuncia del gobierno.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, que visitó hoy el lugar de la catástrofe, dijo que al menos 80 personas resultaron heridas en el incendio desatado en la mina de carbón, informó la agencia Anadolu. Más de 350 personas fueron rescatadas tras la explosión registrada en el lugar.
El primer ministro turco suspendió un viaje al extranjero y visitó la mina de Soma, en la provincia de Manisa, donde amigos y familiares desesperados se reunieron en espera de noticias de sus seres queridos.
Erdogan señaló que los accidentes son "normales", pero aseguró que la dimensión de este accidente "conmovió profundamente" a todos. Además prometió que se darán "todos los pasos necesarios" para investigar las causas de la tragedia.
El ministro de Energía, Taner Yildiz, había cifrado en 787 los trabajadores que se encontraban en la mina en el momento del accidente.
Yildiz dijo desde Soma que hay cada vez menos esperanzas de encontrar a supervivientes. "Es peor de lo que se creía en un principio", manifestó.
La cifra de muertos podría superar a la registrada en el accidente minero más grave de la historia del país hasta el momento, que tuvo lugar en 1992, cuando perdieron la vida 263 personas.
El accidente se habría provocado por una falla eléctrica, que habría generado a su vez una explosión y un incendio, aseguraron medios locales.
Los equipos de rescate continuaron bombeando oxígeno a la mina, pero los esfuerzos se ven dificultados por la localización del incidente. Los mineros se encontraban a dos kilómetros bajo tierra y a cuatro de una salida cuando se produjo la explosión. La mayoría murió por inhalación de monóxido de carbono.
El minero Sami Kilic, que trabajó nueve años en la mina y participó en las tareas de rescate, dijo a la cadena CNN en turco que una explosión bajo tierra provoca un corte en la corriente eléctrica, por lo que no pueden seguir trabajando los ventiladores y se corta el flujo de aire.
"El rescate se hace difícil, aún cuando los hombres llevaran máscaras", señaló, y explicó que las máscaras sólo otorgan 45 minutos de aire fresco. "Pero en 45 minutos no se puede subir el kilómetro y medio hacia arriba".
El gobierno decretó tres días de duelo por la tragedia. En todo el país y en las embajadas en todo el mundo las banderas ondean a media asta, informó la oficina del primer ministro.
El suceso desató protestas en varias ciudades del país. En Estambul, miles de personas se manifestaron contra el gobierno de Erdogan y demandaron su renuncia. "Ningún accidente – asesinato", decían algunos de los carteles que portaban los manifestantes.
La policía reprimió a los manifestantes en la zona comercial de Istiklal Caddessi e impidió que se dirigieran a la plaza Taksim.
En la capital, Ankara, la policía también empleó gas lacrimógeno y cañones de agua para dispersar a cientos de manifestantes que marchaban hacia el Ministerio de Energía.
Además, varios sindicatos han convocado huelgas para los próximos días. El mayor sindicato, Türk-Is, que engloba 35 filiales, convocó un paro para este jueves y denunció el mayor "asesinato" laboral en la historia de la República Turca, contra el que pretenden protestar.
El presidente del sindicato DISK, Kani Beko, criticó que en la mina operaban muchos trabajadores de empresas subcontratadas.
La compañía minera aseguró que hace dos meses se realizaron las últimas pruebas de seguridad. Medios locales informaron que el gobernante partido AKP rechazó un llamado de la oposición en el Parlamento el mes pasado para revisar los estándares de seguridad en la mina de Soma.
Además, varios países ofrecieron ayuda a Turquía, entre ellos Israel y Grecia, con los que mantiene una tensa relación.
El papa Francisco llamó a rezar por las víctimas de la tragedia y por quienes aún continúan atrapados, al tiempo que pidió consuelo para sus seres queridos, dijo hoy durante su audiencia general semanal ante cientos de peregrinos en la Plaza de San Pedro. (DPA) .
