Un error humano del comandante del Costa Concordia, Francesco Schettino, aparece cada día como el motivo más fuerte y el principal detonante de la tragedia del crucero. Ayer, los diarios ‘Corriere della Sera‘ e ‘Il Tirreno‘, revelaron que una broma ideada por el comandante fue el detonante de la tragedia. Según cuentan esos medios, el comandante decidió acercarse tanto a la isla para ‘saludar‘ a sus habitantes, tocando la sirena, y como un ‘regalo‘ a su jefe de cama. Se trata de Antonello Tievoli, el maître del Costa Concordia. El hombre, que lleva 12 años embarcado, era el único gigliense a bordo del crucero. Pero ese día no debía haber estado allí. La falta de reemplazo lo había obligado a postergar su licencia, que debía comenzar una semana antes. ‘Antonello, ven a ver, que estamos encima de tu Giglio‘, escuchó que lo llamaban esa tarde de viernes. Subió a cubierta, sin imaginar que era el protagonista involuntario de una tontería que acabaría en tragedia. Se asomó por la borda, vio su isla natal demasiado cerca y alcanzó a decirle al comandante Schettino: ‘Ojo, que estamos pegadísimos a la orilla‘. Era tarde. El otro destinatario del ‘saludo‘ ni siquiera se encontraba a bordo. Se trata de Mario Palombo, un legendario capitán retirado cuyos padres eran de Giglio. Al parecer, el hombre era aficionado a xeste tipo de gestos: acercar el barco a la orilla para que pasajeros y vecinos se saludasen.
