Las fuerzas militares y equipos especializados avanzaban ayer en las labores de rescate de cientos de personas aisladas en desérticos pueblos del norte de Chile, azotados por inusuales lluvias que dejaron al menos siete muertos tras desbordes de ríos y aluviones.

Por las intensas precipitaciones, las peores en ocho décadas en el Norte del país (equivalentes a las lluvias que caen en dos años en algunas zonas), permanecía desaparecida casi una veintena de personas.

La Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) dijo que había cerca de 2.100 personas albergadas. El catastro indicó que al menos 35 viviendas fueron destruidas, 142 hogares sufrieron daños mayores y 799 daños menores.

El Gobierno ordenó a las fuerzas militares tomar el control del orden público en las áreas más afectadas, junto con el traslado de unos 16 helicópteros y aviones para ir en ayuda de las cientos de personas aisladas.

“Éste es el mayor desastre pluviométrico que hemos tenido en los últimos 80 años y es una situación muy compleja”, admitió el subsecretario del Ministerio del Interior, Mahmud Aleuy.

Tras los múltiples aluviones en distantes zonas del Norte chileno, la autoridad declaró alerta sanitaria por la turbiedad del agua potable y ante posibles brotes de enfermedades. “De lo que estamos preocupados es de las tres comunas (Alto del Carmen, Tierra Amarilla y Diego de Almagro) donde hay personas aisladas aún y estamos moviendo todos los recursos, helicópteros para asistirlos”, dijo Aleuy.

Las ciudades de Copiapó, Taltal y en pequeños pueblos se repetían las escenas de barros y escombros, mientras que varias villas se encontraban casi hundidas en el lodo, como El Salado y Chañaral, donde las autoridades concentraban las labores de búsqueda de desaparecidos con perros especializados y equipos de criminalística.

La presidenta Michelle Bachelet visitó la región de Atacama, una de las más golpeadas por las lluvias y por decenas de aluviones, que prácticamente arrasaron con pueblos o dividieron pequeñas ciudades.

Aviones militares C-130 se encontraban ya en el aeropuerto de Copiapó para comenzar las labores de abastecimiento de las zonas más afectadas.

El inusual fenómeno climatológico se produjo debido a que un núcleo frío chocó con la Cordillera de Los Andes y, en vez de caer nieve, produjo fuertes precipitaciones a gran altura que barrieron con todo camino abajo y en dirección hacia valles, quebradas y pueblos costeros.