Salió rodeado de mujeres, felices por estar cerca de él. Y como una celebridad, Morgan fue despedido con aplausos. El súper bebé que nació con 5,656 kilos y que tuvo que luchar por su vida desde el mismo momento en que llegó al mundo ayer recibió el alta. Entonces, en el Hospital Rawson hubo un sentido festejo, pues Morgan y su familia fueron acompañados hasta la puerta por mamás que aún tienen a sus chicos en internación, que se alegraron por el alta del pequeño.
Treinta y nueve días estuvo internado en Neonatología del Rawson y finalmente Morgan logró recuperarse para conocer no sólo su casa de Angaco, sino también a su hermano mayor.
Chachetes grandes y rosados, conjunto de gimnasia rojo, unas zapatillas facheras de color azul y envuelto en una manta, Morgan salió dormido del hospital, en los brazos de su madre y sobre las 14 de ayer. "La verdad que pesa, me está haciendo doler los brazos", confesó Gema Segura, la mamá, con una sonrisa de oreja por poder volver a casa y reencontrarse con la rutina habitual. Especialmente la que tenía con su otro hijo, de 7 años, quien durante todas estas semanas estuvo al cuidado de abuelas y tías.
Por el peso y tamaño del bebé, el nacimiento se complicó. Gema sufrió desgarros varios y se desmayó durante el parto, a la vez que el bebé debió luchar ante la falta de oxígeno, que le generó un problema cardíaco. También sufrió una lesión ligamentosa en el brazo izquierdo cuando los médicos forzaron la salida del cuerpo de su mamá, que por ahora le generó parálisis en esa extremidad.
Frente a este cuadro, Morgan tuvo que ser internado en terapia y con respirador artificial. Con el paso de las semanas, lentamente fue mejorando. Hace 10 días le retiraron el respirador y comenzó a mamar, lo que aceleró su recuperación.
"Los médicos me dijeron que por el esfuerzo que hizo al no tener suficiente oxígeno su corazón ahora es un poco más grande de lo normal, así que seguirá en tratamiento. También van a seguir controlando su evolución neurológica y ya nos informaron que va a necesitar muchos años de rehabilitación en el brazo. Pero lo importante es que ya lo llevamos a casa, que va a estar con nosotros todo el día", contó Gastón Arrieta, el papá.
