
Con aguas provenientes del río Mendoza, las lagunas de Guanacache ubicadas en el límite entre San Juan y Mendoza comenzaron a recibir el pasado viernes un considerable caudal después de casi 10 años de absoluta sequía. Con el llenado de las lagunas laterales y de la laguna grande, en la zona de la capilla de Lagunas del Rosario, volvió la alegría para los lugareños entre los que se encuentran habitantes de las comunidades huarpes.
El fenómeno se suscitó luego de que fueran abiertas las compuertas del dique Potrerillos por la cantidad de agua disponible, y el caudal comenzara a avanzar por los cauces históricos que llegan desde la zona Oeste de Mendoza hasta el lugar donde se encuentran las lagunas.

Hay por estos días un clima de alegría en la zona de las lagunas, ya que los pobladores del lugar han recuperado la esperanza de que todo vuelva a ser como antes, es decir recuperar actividades que eran posibles gracias a las propias características de la zona. Hay familias que hace años tuvieron que dejar de hacer labores que les eran propias de este humedal y cambiar de actividades para tratar de sobrevivir en un ámbito que cada vez se les presentaba más adversos. Hay casos de chicos de entre 5 y 8 años que desde que nacieron no han visto nunca correr agua de río por el lugar, ni las lagunas llenas como se espera que suceda en unos días más.
La comunidad del lugar ha puesto manos a las obras para acondicionar el sitio que rodea a la capilla histórica de Lagunas del Rosario, a fin de acondicionarlo para que el agua forme nuevamente la represa que hubo en años anteriores. Integrantes de la comunidad huarpe con máquinas y palas han realizado en estos días trabajos de desmonte y de consolidación de defensas para aprovechar mejor el agua que está llegando.
Por Redacción de
DIARIO DE CUYO
