Bermejo es la fiel expresión de un pueblo que vive gracias al santo. Esta es la localidad caucetera donde se encuentra el santuario de San Expedito y por el que pasan alrededor de 60.000 personas durante las patronales, que serán el próximo fin de semana. La mayoría de los habitantes instalan puestos de comidas y hasta venden imágenes de todo tipo de santo, incluyendo al patrono del lugar. Dicen que esta es la época del año donde pueden sacar dinero que les permite vivir durante varios meses. Para muchos, esta es la única actividad económica. Otros llegan desde la ciudad y hasta de otras provincias para vender toda clase de productos.

Se trata de una fiesta multitudinaria, en la que cada vez hay más vendedores ambulantes y más competencia, según dicen los protagonistas. Es una celebración católica en la que la fiesta se extiende durante todo el fin de semana, durante el día y la noche. La mayoría de los devotos llegan al lugar el viernes y vuelven a sus casas el domingo después de la procesión. Es habitual ver casas de familias que se transforman en puestos de venta de comida, en restaurantes y hasta instalan metegoles y juegos electrónicos. Pero para llegar listos a esta celebración, se vienen preparando mucho tiempo antes. Ahorran dinero para comprar provisiones que luego serán vendidas, van al campo a buscar leña y algunos hasta llegan a hacer refacciones para brindar más comodidad a la gente que va al lugar.