Años antes, sólo algunos jóvenes se animaron a trepar el cerro para ver el Belén viviente en la Quebrada Nacif Weiss, en San Martín. Pero este año, familias completas se instalaron en las alturas para tener una buena visión. Es que en el predio no cabía un alma más. Según la Policía 18.000 personas asistieron la noche del viernes pasado a la representación del nacimiento del Niño Jesús, organizado por el Municipio. El año pasado, fueron 15.000 las personas que asistieron a este evento.

A las 21,30, los espectadores ya habían ocupado las 5.000 sillas ubicadas frente al escenario y las dos tribunas para 3.000 personas que también se instalaron en el lugar. De a poco la gente colmó los alrededores y en menos de media hora no quedó ningún espacio disponible donde sentarse y tener una buena visión de la puesta en escena del Nacimiento. Es por eso que los que fueron llegando más tarde no dudaron en instalarse en el cerro. Familias completas escalaron con las conservadoras y los banquitos a cuestas para buscar la mejor ubicación.

Al principio no fueron más de 20 personas las que se animaron a desafiar las alturas, pero en escasos minutos el cerro también comenzó a colmarse de gente, especialmente de niños que corretearon por las cornisas para divirtiese. Esto obligó la intervención de la Policía para evitar accidentes.

Algunos efectivos policiales se ubicaron al pie del cerro para impedir que más gente subiera, en tanto que otros se instalaron en las alturas para controlar que los niños se quedaran sentados en un lugar seguro.

Estaba previsto que la representación del Nacimiento comenzara a las 21,30, pero se retrasó por más de dos horas. Los organizadores decidieron estirar un poco la previa porque pasadas las 23,30 aún continuaba llegando gente.

De todos modos los espectadores no se quejaron por el retraso, ya que disfrutaron de buena música y baile.

Antes de que comenzara el Belén actuaron algunos grupos folclóricos provinciales, entre ellos Las Voces de la Calandria, y academias de danzas del departamento que entusiasmaron al público presente. Varios espectadores decidieron abandonar sus asientos para bailar chacareras y cuecas.