*Ni en la cabina de los colectivos ni en ninguna oficina. En consonancia con otras acciones llevadas adelante por la empresa de transporte 20 de junio que buscan promover la calidad del ambiente y la salud de sus trabajadores y sus clientes, hace varios años que en ninguno de sus espacios se prende un cigarrillo. Es política interna y una ley sellada con mucho compromiso. De hecho ya han certificado y recertificado ser libre de humo. "Antes era común que un pasajero fumador bajara a la cabina con los choferes a fumar. Ahora eso está prohibido porque los choferes como el resto de los trabajadores no pueden fumar en sus horas de trabajo ni tampoco en sus lugares de trabajo. Por ende, colectivos, oficinas, el taller, galpones, la plataforma en la terminal son libres de humo para nosotros. Llegar a este punto no fue sencillo. Implicó un trabajo de concientización por parte de especialistas médicos y nutricionistas”, explica Jorge Lorenzo, encargado de comunicación de la empresa.

*Cumplir la ley a rajatabla. A pesar que Diego Mora, el propietario de la sucursal del café Bonafide de la esquina de Rivadavia y Mendoza, era fumador cuando la provincia adhirió a la ley que prohibía fumar en lugares cerrados, fue el primero en levantar la bandera para cumplir con la normativa. Es más también buscó obtener el certificado correspondiente. Eso fue hace 3 años. "No tuve dudas que era una buena iniciativa, pese a que a muchos clientes la idea no les gustaba y se iban del café disgustados por ese entonces. Reconozco que perdimos clientes que con el tiempo terminaron volviendo porque en este lugar se puede apreciar como en ningún otro el aroma a café, que antes era tapado por el humo del cigarrillo”, cuenta el empresario que a propósito, también dejó de fumar por las mismas razones: no podía prender un cigarrillo en su local, el lugar dónde pasa buena parte del día.

*Cuidar la salud. Quizás para los integrantes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días fue más sencillo que para el resto de las instituciones certificar que son libres de humo en cada uno de los templos (y sus alrededores) que tienen en San Juan. Es que ellos por precepto bíblico cuidan la salud, entonces no fuman, no toman alcohol, ni café ni otras sustancias que pueden dañar al organismo. Y lo cumplen a conciencia. De todos modos, se sumaron a la campaña hace 2 años aproximadamente para hacer tomar conciencia a quienes por diversas razones -como puede ser un campeonato deportivo o un concierto- llegan a sus casas de adoración sin ser de esa religión. "Algunos piensan que cumplimos con este precepto por fanatismo religioso. Pero de a poco se ha ido tomando conciencia. Es nuestro granito de arena para vivir en un mundo mejor”, relata Ariel Noriega, miembro de la iglesia.