"Ha sido una desgracia con suerte porque los árboles se cayeron cuando los chicos estaban en el recreo, y podría haber aplastado a muchos niños o matado a alguien". De esta manera, y sin todavía poder salir del asombro, una de las porteras de la escuela 11 de Septiembre, de Rawson, relató lo ocurrido ayer en la mañana a consecuencia del viento Zonda. En el patio trasero del edificio se desplomaron dos moras secas, aplastando a tres pequeñas de entre 9 y 11 años. Las alumnas, identificadas como Sol Castro, Jenifer González y Lucila Navarro, fueron trasladadas al Servicio de Urgencia del Hospital Rawson, donde fueron atendidas. Por la tarde, desde la guardia informaron que tanto Sol como Lucila ingresaron con traumatismos y heridas cortantes, mientras que Jenifer registró un traumatismo abdominal con un fuerte dolor de estómago, pero sin riesgo de vida. De todos modos, quedaron internadas y en observación. El accidente de estas pequeñas ocurrió cuando comenzó a soplar el viento, que en menos de una hora derribó más de 10 árboles, la mayoría en el microcentro, sin provocar víctimas fatales. Aunque sí varios autos rotos.

Desde hacía media hora Silvia Aballay estaba en medio de la calle 9 de Julio, entre Santiago del Estero y Salta, intentando salvar vidas. El plátano de gran altura que está enfrente de su agencia de quiniela comenzó a balancearse como si fuera un junco cuando comenzaron las fuertes ráfagas que lo arrancaron de raíz. Estaba a punto de caerse y de provocar una tragedia. El tránsito de vehículos era incesante y el costado norte de la arteria estaba repleta de autos estacionados. "Unas oleadas de viento más y se viene abajo, encima no viene nadie a cortar la calle -dijo la mujer-. Por eso le pegué un cartel de alerta y le hago seña a los automovilistas para que circulen por el lado sur de la calle. La gente me mira asombrada como si estuvieran viendo a una loca. No me importa, no quiero que haya un accidente fatal o más pérdidas materiales".

Silvia hizo este último comentario señalando hacia el este de la 9 de Julio, zona que fue fiel reflejo de la furia del Zonda. También entre calle Salta y Santiago del Estero una rama cayó sobre un automóvil Volkswagen Gol destrozándole el parabrisas. Un par de cuadras más allá, un paraíso fue arrancado de raíz y quedó afirmado sólo en los cables de alta tensión, mientras que otro cayó de lleno sobre un Ford Falcon.

Esta postal se repitió en varias calles céntricas, por donde transitar se volvió un caos, principalmente por árboles o ramas caídas que provocaron destrozos. Es lo que ocurrió en calle 25 de Mayo y Avenida Rioja, donde otro plátano aplastó un auto. Aunque la escena más dantesca tuvo como escenario la calle Rivadavia, frente a Tribunales. Allí el viento arrancó de raíz un plátano seco que cayó sobre cuatro vehículos último modelo, rompiéndoles los parabrisas y hasta hundiéndoles los techos. "Cuando se enteren los dueños se van a querer morir -dijo uno de los curiosos que llegó hasta el lugar-. Encima esto no te lo cubre el seguro, es un bajón".

El tránsito también se vio interrumpido en calle Laprida entre General Acha y Mendoza, y en calle Mitre también entre General Acha y Mendoza, donde el viento derribó dos árboles gigantescos que tuvieron que ser achicados con motosierras para poder ser retirados de la vía pública y liberar el tránsito.

Las fuertes ráfagas también estuvieron a punto de derribar postes de luz y aumentar el caos. En la Avenida Uñac (ex Mendoza) entre calles 5 y 6, en el departamento Pocito, un par de estos palos quedaron ladeados y sostenidos únicamente por los cables de alta tensión.