-Se demostró que ni con decretos ni con el diseño curricular se pudo cambiar el sistema educativo en el país, el problema es actitudinal. El problema es con los docentes, los alumnos, los padres, además de los vecinos, periodistas y la policía. El problema de la educación es de todos.
-¿Qué se debe cambiar?
-Es imposible que el sistema educativo siga trabajando en soledad y por eso permanentemente tiene problemas. La realidad social lo desborda. Ahora entre todos podemos resolver los problemas, por eso buscamos la participación ciudadana.
-¿Cómo sería el cambio?
-Por ejemplo, con los horarios se empezó a no ser tan taxativos, a pesar de las normas. Hay hermanos que ingresan a las 7.20 y otros una hora después. En estos casos la comunidad se reúne y acuerda algo que convenga. Nosotros no podemos negarnos a ese acuerdo, porque es la forma para que funcione la escuela. Hace 30 años era un horario y se respetaba a rajatabla, ahora se busca el diálogo.
