-Es un derecho universal que sensibiliza a los pueblos. Un niño que crece en un mundo con arte, será una persona de bien y feliz en el futuro.
-¿Al verlos te hace recordar tu infancia en el Chaco?
-Sí, fue muy parecido, tuve una infancia maravillosa. He recorrido la Argentina y aprendí que a los chicos les sobran ganas de pintar y dibujar. El niño debe jugar siempre. No hay que bombardearlos con tanta información. El juego y el arte los emociona, los sensibiliza, los enoja.
-¿Ellos te dan la esperanza para un mundo mejor?
-Estar con los chicos me emociona y me hacen sentir más vivo, por más tiempo; ver que ellos pueden cambiar la conducta de la especie humana.
