Su exposición apuntó a derribar los mitos que a su juicio existen sobre la minería -rentabilidad excesiva, la minería no paga impuestos, se llevan mucho y dejan nada en el país-; habló de cómo es el negocio minero, y detalló pormenorizadamente los tributos nacionales, provinciales y sanjuaninos que las mineras deben afrontar.
Negocio minero:
Habló de la inversión de alto riesgo: la exploración tarda entre 7 a 10 años y la construcción de un proyecto, entre 5 a 15 años más. "¿Qué inversión nacional está dispuesta a realizar este negocio continuo?, se preguntó, justificando por qué son fondos internacionales los que vienen en busca de metales al país. Por ejemplo, Gualcamayo se descubrió en 1994 y entró en producción en 2009, sin ganancias en ese lapso. Además habló de que las minas están en localizaciones remotas -"Es una bendición para San Juan tener recursos propios y no depender de las dádivas de la Pampa Húmeda”, dijo-; destacó el desarrollo de infraestructura -hospitales, electricidad, agua, gas- en los lugares donde se están instalando las mineras, las que también evitaron la emigración de los jóvenes de esos lugares, al brindarles puestos de trabajo registrado.
Tributos: Dijo que los impuestos nacionales se hacen sobre la producción y que AFIP controla los embarques, "en minería no hay declaración jurada, no se machetea”, aseguró Ríos Gómez. Enumeró una decena de impuestos nacionales -incluido el Impuesto a las Ganancias- y señaló que el gasoil minero no está subsidiado, sino que se paga a precio de importación, hasta 2 pesos más caro que la venta al público por litro. Agregó que todos los embarques mineros pagan 5% de retenciones, y los concentrados de níquel pagan el 10% por este concepto. Respecto a los impuestos provinciales enumeró otra decena, incluidos el impuesto Automotor e Inmobiliario, además del 2% de impuesto a Sellos por cada contrato que hacen, el 4 por mil de impuesto a la difusión de la minería, y el Fondo PIEDE para líneas eléctricas.
También informó que se paga en la provincia el 3% de regalías sobre lo exportado y que además en San Juan deben aportar el 1,5% final a un fondo fiduciario destinado a construcción de obras de infraestructura.
Rentabilidad: Graficó que por cada lingote de oro que se produce, el 52% se destina a pagar impuestos totales, el 38% se destina al costo de proveedores de bienes y servicios y el 10% queda de rentabilidad para la minera. Agregó que del total de impuestos, el 43% queda en manos del Estado Nacional. "¿A dónde está el saqueo?, ¿en las mineras o en el estado federal que se queda con la mayor parte?, se preguntó. "Esta política del puerto nos lleva a discutir el 3% de las regalías, pero que no se toque el 40 y pico por ciento de los impuestos nacionales que no se coparticipan a las provincias!”, opinó el geólogo.
Regalías: Respecto a las regalías, explicó que son del 3% y se calculan del valor de boca mina menos los costos de producción, con lo cual en la práctica quedan en un 2,7% del total de exportaciones. E informó que de 76 naciones, en 65 existe la minería y de ellas, sólo 12 o 14 aplican regalías. A diferencia de otros países, aquí son "ad valorem”, sobre lo que se produce, y no sobre las utilidades.
Impacto: La mina Gualcamayo en Jáchal deja $2 millones por mes en empleos y compras, en tanto que la provincia envía por coparticipación $800 mil por mes.
Uso de agua: Fuera de la conferencia, y respondiendo a una pregunta, Ríos Gómez explicó que las mineras usan 1 litro de agua por segundo por hectárea. Gualcamayo utiliza 70 litros por seg (equivale a 70 ha) y Veladero 150 litros por seg (150 ha), pero aclaró que el uso no es constante, porque las mineras usan circuitos cerrados y el 70% se reutiliza, es reciclada. "sólo el 30% que se evapora es repuesta por agua fresca”, aseguró. Además agregó que las mineras pueden usar agua que no son potables o que no sirven para regar cultivos.
