Susana Trimaco extendió durante la mañana de ayer su declaración por más de cinco horas en el juicio que busca dilucidar los culpables de secuestrar a su hija, María de los Ángeles Verón, en abril de 2002 en Tucumán. En la quinta jornada del juicio, Trimarco acusó directamente al por entonces gobernador riojano Angel Mazza de mantener vínculos con la mafia de la trata de personas.
Además disparó directamente contra José el “Chenga” Gómez, principal imputado en la causa, a quien acusó de forzar a Marita a ser su “mujer” en un prostíbulo a su cargo y obligarla a tener un hijo con él para asegurar su cautiverio, durante el debate que se lleva a cabo en la Sala II de la Cámara Penal de Tucumán.
“A Marita la violaron, la apuñalaron y la obligaron a tener un hijo”, afirmó la mujer ante el tribunal, basándose en la historia de Andrea, una menor que también fue secuestrada, violada por uno de los Gómez y llevada a un prostíbulo. “Ella vio a Marita con un niño en brazos, me dijo que la llamaban “Doña” porque el padre de su hijo era el “Chenga” y que le dio algunos consejos para que hiciera lo que le pidieran porque de lo contrario podían matarla, como sucedió con una brasileña”, indicó.
“En los relatos me cuentan detalles físicos específicos, como un lunar que tenía Marita, y eso demuestra que realmente estuvieron con ella”, insistió la madre de la joven desaparecida. “Les daban cocaína para que trabajen más”, y una de las chicas, Blanca Vides, contó que “por día pasaban 40 hombres por su cuerpo”, dijo la madre de Marita.
Trimarco en la declaración del miércoles denunció que “las mafias” de la trata de personas “estaban en el gobierno” tucumano del ex mandatario Julio Miranda. Por su parte, ayer Gómez rechazó la acusación de Trimarco, a quien achacó tocar “de oído” con su denuncia, a pesar de que la misma está fundamentada en el testimonio de una joven llamada Andrea.
El principal acusado en la causa dijo: “Yo no la conocí (a ‘Marita‘), nunca fue mi mujer y nunca tuvo un hijo mío”. En declaraciones a la prensa, Gómez, hijo de Liliana Medina, también juzgada en este proceso, señaló que “si hubiese conocido a Verón y hubiese sido mi mujer, y hubiese tenido un hijo, le hubiese dado mi apellido”.
Además, manifestó que la querella pedirá “careos” con los testigos para “demostrar su inocencia”.
Por otro lado, José Dantona, uno de los abogados de Susana Trimarco, afirmó ayer que “una de las posibilidades es que a raíz de la búsqueda de Susana, a Marita la hayan vendido a España”.
El abogado explicó que “una de las testigos dice que cuando Liliana Medina la obligaba a tener sexo con ella, además de prostituirse, en una oportunidad estaban mirando televisión y cuando aparecieron los padres de Marita buscándola empezó a reírse y decir que Marita ya estaba en España”.
La próxima jornada del juicio a 13 personas acusadas de desaparecer a Marita Verón, se reanudará el miércoles debido a que el lunes y martes es feriado nacional.
