Era la gran chance y acaso la última para que Desamparados se metiera en los puestos de clasificación de la zona 4, pero la dejó escapar. Para Trinidad fue un punto clave que le permitió fortalecer la ilusión de mantener la categoría. Anoche, en Puyuta, terminaron 1-1, con cuatro expulsados y con sensaciones bien opuestas en cada plantel: en el local reinó la desazón y en la visita, la alegría por lo que es casi un triunfo. El primer tiempo tuvo mucha pierna fuerte y escasas emociones. En ese contexto, el local contó con algunas posibilidades que no supo aprovechar. En el complemento llegaron los goles y las rojas, dos por cada lado. Germán Gigena cumplió con la ley del ex y puso arriba al víbora en el marcador con una gran definición. El León se quedó con uno menos y entonces todo parecía decidido, pero el amor propio de la visita pudo más. Así, a los 30’ Fernando Maldonado llegó a la igualdad. Luego vinieron las rojas por cada equipo y en el cierre fue un ir más por inercia que por convicción de parte de un Desamparados que supo que su momento lo había dejado pasar. Para Trinidad la tranquilidad de saber que sumó otro punto y así le sacó seis a su rival directo por la permanencia, Atenas, que hoy jugará en Mendoza ante el descendido Murialdo. Para el equipo de Pagés fue un paso trascendental.