La serie está pareja por donde se la mire. Tanto, que están 2-2. Ambos ganaron un partido de local y otro como visitante. Anoche, Miami Heat dio el golpe en San Antonio y venció a los Spurs por 109 a 93.
Eso significa que la serie volverá a Miami (el próximo choque es pasado mañana otra vez en San Antonio), donde se definirá. Por eso, anoche, no fue un buen negocio el de los Spurs de Manu Ginóbili, de floja tarea. La visita estuvo más compenetrado en su trabajo y, con frialdad e inteligencia, se llevó una victoria tal vez impensada en la previa.
El primer tiempo fue parejo. Es que a aquel arranque notable de los Spurs, le siguió una tremenda reacción de los Heat y, después, otra vez el despertar de los locales. Consecuencia: 49-49 y al descanso. Cifras lógicas después del 29/26 de Miami en el primer cuarto y del 23/20 de San Antonio en el segundo.
El segundo tiempo largó con un emotivo y parejo tercer cuarto, en el que aparecieron los triples y la fuerza del morocho James, para los Heat. Entonces el tablero, que llegó a estar igualado en 59 se rompió con el contragolpe visitante que lo puso 67/61. De nuevo Parker afuera y Manu Ginóbili adentro en los Spurs. Y la reacción de los locales. Para terminar el tercer cuarto a cinco puntos atrás (76/81) y no los 10 puntos que llegó a estar abajo.
Y, en el cuarto, otra vez el equilibrio en el juego visitante en base a una espectacular actuación de Dwyane Wade, fue demasiado para los Spurs y la serie quedó igualada.
