Tudcúm está a la expectativa. Catorce proyectos productivos del lugar esperan convertirse en micro empresas luego de la fase de evaluación que culminará a fin de mes, momento en que se conocerá los proyectos adjudicados. Vinculados a la producción textil, carpintería, metalurgia, servicios y alimentación, los proyectos integran un programa de incubadora de empresas realizado en forma conjunta entre Barrick e integrantes del Gabinete de Estudios e Investigación en Administración, dependiente del departamento de Ciencias Económicas de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNSJ. Tal como anunció CUYO MINERO en ediciones pasadas, el convenio se firmó el año pasado y también incluyó la participación y compromiso de la Municipalidad de Iglesia para el apoyo a los emprendedores.
El objetivo será generar fuentes de trabajo y diversificar las posibilidades laborales del lugar, hasta ahora concentradas fundamentalmente en la agricultura. Lo interesante es que será la empresa la que otorgue a la gente un subsidio para poder concretar su proyecto. En promedio, los montos rondan entre los 8.000 y 30.000 pesos de inversión inicial para la incubación, el resto depende de la voluntad de cada persona de hacerlo sostenible en el tiempo.
“Observamos que la gente tenía iniciativas productivas y gran capacidad para desarrollar emprendimientos. Ellos mismos nos acercaron inquietudes acerca de la viabilidad de estas iniciativas y la posibilidad de implementarlas”, destacó Sebastián Médici, Supervisor de Desarrollo Sustentable de Barrick vinculado al tema.
La inquietud de la gente llevó a que la empresa se contactara con profesionales del Departamento de Ciencias Económicas, “esto generó esta primera etapa que incluye una serie de actividades que permiten a los emprendedores conocer y elaborar los diferentes aspectos técnicos, económicos y financieros de un proyecto, con una visión de largo plazo y sostenible en el tiempo”, agregó Médici.
Este proceso implicó la implementación de técnicas de planificación participativa a través de la cual los emprendedores trabajaron activamente en la formulación de los proyectos. La tarea se inició el año pasado con la realización de diez talleres que incluyeron comunicación y sensibilización y nociones elementales de gestión y contabilidad.
“Hubo gran predisposición de la gente. El denominador común fue que en la mayoría de los casos miran a la minera como único cliente, por lo que nuestra tarea también fue hacerles comprender que este es un paso para generar oportunidades que deben estar abiertas a diferentes opciones, el desafío fue inculcarles de que son protagonistas del desarrollo y que pueden insertarse en diferentes nichos de mercado”, explicaron desde el Gabinete de Estudios e Investigación en Administración.
La experiencia de Tudcum es inédita en la provincia y tuvo como referencia la Incubadora de Empresas Malargüe en Mendoza, con varios años de trayectoria y que logró la generación de proyectos exitosos como una planta apícola, taller textil, producción de dulces y conservas y producción de productos hortícolas entre algunos ejemplos.
