La foto de la edición de DIARIO DE CUYO del sábado 13 hablaba por sí misma. Un grupo de chicos del Colegio Monseñor Audino Rodríguez y Olmos, perteneciente a la Universidad Católica de Cuyo, festejó el fin de una etapa escolar tirándose al canal que pasa por la puerta del colegio, en Avenida Ignacio de la Roza. Pero el festejo les ocasionó algo más que humedad en los uniformes, porque las autoridades del Colegio se enojaron por la zambullida y llamaron a los padres para "hablar del tema", según dijo Guadalupe Acevedo, directora de la institución. Y entre ambas partes, acordaron una acción para reparar la travesura: colocarán un enrejado sobre el canal, en el tramo que está entre las dos paradas de colectivos (menos de 20 metros), para la seguridad de los chicos y para evitar nuevos chapuzones. Lo novedoso de la medida es que se consensuó como una acción reparatoria por la falta cometida y a la vez, una obra que será un beneficio para toda la comunidad.
"No es tradicional, ni común, ni agradable que los alumnos festejen tirándose al agua. La escuela no comparte este tipo de festejos porque además, no había nada para festejar. El ciclo lectivo no terminó y de ese grupo, excepto un alumno, todos los demás están recuperando objetivos y siguen yendo al colegio", expresó la directora. Aseguró además que "todos los años, el colegio analiza la situación disciplinaria y se hace un seguimiento académico de cada chico y si es necesario, se trabaja en conjunto con los profesionales del gabinete".
En la reunión con los padres, que según contó fue en "buenos términos", hubo distintas sugerencias. "Coincidimos en que los chicos corrieron un riesgo innecesario y lo mejor era buscar alguna solución alternativa para que entiendan que lo que hicieron no estuvo bien. Sugirieron distintas cosas: trabajos comunitarios para Navidad, por ejemplo, hasta que alguien mencionó la posibilidad de enrejar el canal", dijo Acevedo. Esta moción fue la que acordaron, pero con la participación directa de los propios alumnos, a través de gestiones ante el municipio y otros organismos, colectas y rifas para reunir los fondos necesarios para la colocación de las rejas. "No significa -dijo la directora- que los padres vayan a pagar la reja por lo que hicieron los alumnos, sino que los vamos a acompañar en una acción reparatoria, para que ellos mismos se hagan responsables y tomen conciencia de lo que hicieron". Concluyó diciendo que se ha fijado como límite el mes de marzo próximo para la colocación del enrejado, pero aclaró que no hay una decisión tomada sobre alguna acción posterior si no se cumple lo acordado con los padres.
