Fue difícil caminar entre la multitud. Había tantas sillas que una vez que se encontraba ubicación, pararse después era una tarea casi imposible. Las mesas alrededor del predio estaban repletas. El típico aroma a choripán invadió el lugar bien temprano. Y cuando ya había avanzado bastante la madrugada de ayer, a nadie le importó si lo que estaba bailando era una cueca o una cumbia. Esto es lo que se vivió en la Fiesta Provincial de Ullum y su Espejo, que se realizó el viernes y sábado pasados. La fiesta mayor del departamento volvió después de no haberse realizado el año pasado por falta de fondos. El regreso fue con todo, porque la cantidad de público, unas 8.000 personas por noche, superó ampliamente las nueve ediciones anteriores.
Le elección del camping municipal de Ullum como escenario de la fiesta no fue casual. Desde el predio se podía ver el espejo de agua del dique. Aunque para admirar este paisaje hubo que esperar hasta el amanecer. Y es que justamente lo que buscan los ulluneros con esta fiesta es homenajear el dique y todas sus bondades.
A las noches calientes se le sumó el buen ánimo de la gente, que no dudó ni un instante en subirse a un escenario pequeño, ubicado al lado del principal, para agitar los pañuelos. El que empezó a mover el público fue el albardonero Javier Acuña. Sin embargo, los dueños de la fiesta fueron los integrantes del grupo cordobés La Conga, que generaron el espectáculo central de la fiesta.
Los melones sin pulpa reemplazaron los copones de fernet y cerveza. Esa fue una de las novedades de la fiesta. Colocaron un stand vendiendo tragos especiales que iban adentro de esta fruta. El contenido era desde vino blanco hasta vodka o ron. Y tanto éxito tuvo esta propuesta, que no faltaron los que volvieron al lugar a rellenar el melón varias veces. Los dueños del local, sorprendidos por la respuesta de la gente, se lamentaron no llevar más de los 200 melones que habían puesto a la venta. Los clásicos choripanes y las empanadas caseras tampoco faltaron en la fiesta. Aunque más de un vecino llegó al lugar con una canasta llena de provisiones.
Ullum y su Espejo fue la continuación de los festejos que empezaron en el departamento a fines de enero. Durante el penúltimo fin de semana del mes pasado, la gente salió a la calle a chayar, a bailar y fue cuando se eligió la reina. Esta última celebración, en cambio, no tuvo candidatas ni soberana.
