Familiares, amigos y también aquellos que conocieron sus famosas paellas, así como su pasado de buen jugador y dirigente de hockey, despidieron ayer al mediodía los restos de Antonio Gómez (62) en un largo y conmovedor cortejo fúnebre desde la cochería San José, en Capital, hasta el cementerio Parque El Palmar de 9 de Julio. El conocido comerciante murió el lunes a la mañana cuando manejaba su camioneta, que terminó estrellada contra un árbol en calle Roque Sáenz Peña en Santa Lucía. Tal como informó ayer este diario, su deceso se produjo por un ataque cerebrovascular y no por el accidente.