Camila de Ferreira pasó más de 20 años desempeñándose como portera en la escuela Hipólito Vieytes, Caucete. Ayer, tras 22 años de haberse jubilado regresó a la institución pero esta vez con una misión completamente diferente: izar la bandera. Tanto ella como toda la comunidad educativa, se emocionó hasta las lágrimas por este homenaje que las autoridades de la escuela le rindieron en el marco de la celebración del centenario. Al acto también concurrieron los vecinos y autoridades departamentales.

Camila abandonó el caminador para dirigirse hasta el mástil. A mitad del trayecto tuvo que sacar un pañuelo para secarse las lágrimas de emoción. Contagió a todos los presentes, especialmente a Estela de Sánchez y a Dora Tello (exdocente y exalumna de la escuela respectivamente) que junto con Camila izaron la bandera.

La escuela Hipólito Vieytes comenzó a funcionar en 1914 en una finca que prestó un vecino de la zona. Fue hasta 1944 cuando el terremoto la tiró por completo. Pero la institución no dejó la actividad. Continuó en la propiedad de otro finquero que prestó su casa para que los chicos siguieran estudiando.

Recién en 1961, la escuela inauguró el edificio propio en Los Médanos, predio donde está actualmente. Pero duró sólo 16 años, ya que el terremoto del ’77 lo destruyó. Pese a esto la escuela siguió con fuerza y

de nuevo, en la casa que prestó otro finquero. Recién en 1980, los chicos pudieron volver a tomar clases en el edificio propio, tras su reconstrucción.

En el acto de ayer también estuvieron presentes los finqueros que prestaron sus propiedades para que funcionara la escuela, y a los que la comunidad educativa considera protagonistas indiscutidos de su historia.

Durante la ceremonia se guardó el acta fundacional de la escuela, un ejemplar del día de DIARIO DE CUYO, una moneda de 1 peso y fotos del acto por el centenario en una urna que se enterrará en una de las paredes del edificio escolar a modo de tesoro para descubran las generaciones futuras.