Una mujer de 36 años se quitó la vida ahorcándose en el fondo de su casa en Chimbas, pero instantes después de su muerte su marido quedó preso por dos motivos: porque la Policía comprobó que había violado la decisión judicial que lo excluía de la vivienda familiar y le prohibía acercarse a la víctima, por violencia de género. Y, luego, por una razón más grave: la sospecha de que con sus continuos malos tratos, instigó a la mujer a tomar esa trágica decisión, dijeron fuentes policiales y judiciales.
La víctima en cuestión fue Lorena Castro, una empleada doméstica de 36 años, que vivía en el barrio Chimbas I con sus tres hijos, dos varones de 17 y 15 años y una nena de 7. El sospechoso detenido es Eduardo Arrieta (36), precisaron voceros del caso.
El hecho trascendió ayer pero ocurrió alrededor de las 14 del último domingo. Según las fuentes, en el momento trágico, la mujer estaba en la casa solo con su hija, ahora testigo clave en la investigación.
Por decisión judicial, la nena quedó al cuidado de la familia de la mujer. Los varones con la de su padre. Es así, explicaron, porque existen sospechas de que los chicos fueron posibles aliados de su padre, sobre todo luego de la orden judicial de excluirlo del hogar. Incluso se habla de que uno de los adolescentes amenazó a su madre con un cuchillo, dijeron.
Oficialmente, un juez prohibió a Arrieta acercarse a su esposa el pasado 27 de enero, pero el albañil recién se notificó el pasado 14 de febrero, indicaron. A pesar de ese fallo, en la Policía (el caso es investigado en la Seccional 17ma) recogieron testimonios que lo sitúan en la casa, discutiendo con la víctima en días posteriores al fallo. Entre esos testigos están también los que lo ubican al albañil el domingo en otro altercado, antes de la muerte.
En el Quinto Juzgado de Instrucción, analizarán las pruebas y determinarán si cabe o no imputarle algún delito al detenido.
