Un anciano de 82 años fue detenido ayer en la tarde en un callejón de Rawson, luego de ser sorprendido con dos rifles, un revólver, varios cartuchos, un hacha, un puñal y un niño de 10 años. El detenido y el menor dijeron que estaban cazando palomas, y la versión de una amistad entre ambos fue ratificada rotundamente por la familia del chico. Pero el juez del caso, Leopoldo Zavalla Pringles, ordenó a los policías que de todos modos le practiquen al niño un examen físico en el médico legista y también pericias psicológicas para descartar cualquier sospecha, dijeron fuentes policiales.

Había sido una mujer quien se topó con el sargento Daniel Castro y el agente Juan Agüero del Comando Radioeléctrico en inmediaciones de calle 5 y Meglioli. Fue entonces cuando los puso al tanto de que en un callejón situado unos 600 metros al Oeste del cruce de Meglioli y 4, detrás del cementerio municipal de Rawson, había visto a un hombre con un niño y le pareció muy extraño.

La misma impresión se llevaron los policías cuando encontraron el vehículo cerca de las 18.30, y a su conductor saliéndoles al paso para decirles que estaba todo bien, que conocía al niño y a su familia. Pero al ver al niño y un rifle en el asiento trasero, los uniformados dudaron y en el acto se hizo presente otra comisión policial del Comando al mando del oficial subinspector Nelson Otarola.

Enseguida la sorpresa se hizo más grande porque en el vehículo al final encontraron un rifle de aire comprimido, otro calibre 22 (ambos con mira telescópica), un revólver calibre 32, más de 30 cartuchos calibre 22, balines, un hacha y un puñal, dijeron en la policía.

Más tarde, en la subcomisaría del barrio Ansilta al mando del subcomisario Rodolfo Andrada, se supo que el sospechoso, un jubilado de apellido Cantore, quien tiene 82 años, debía ser investigado por la supuesta tenencia y portación ilegal de armas de fuego de uso civil, porque no tenía permisos.

Y también se pusieron a desmenuzar a fondo su relación con el niño, más allá de las versiones del propio menor y su familia de que el anciano es un viejo conocido, que suele llevar de cacería frecuentemente a ese chico de la Villa Costa Canal.

"Si es verdad lo que dicen no hay de qué preocuparse, pero tampoco debemos dejar de investigar si la relación oculta otra cosa", dijo anoche un jefe policial.