Cuando ya se pensaba que podía estar muerto, el anciano de 70 años que estaba perdido desde el viernes último fue hallado en medio del campo en las afueras de Las Chacritas. La perra "Gundy’ de la policía guió a los rescatistas por 6 kilómetros hasta que lo encontraron ayer en la siesta sentado entre unos arbustos. Juan Antonio Oyola estaba deshidratado y balbuceaba, pero no parecía desesperado ni preocupado. Hasta le dijo a su hermano: "Yo no me he perdido, andaba buscando unas vacas".

Juan Antonio Oyola perdía la razón de vez en cuando, pero el viernes último también extravió el rumbo. Su hermano José contó que esa tarde lo dejó en el rancho que tienen -viven solos- en Villa Las Rosas del distrito Las Chacritas, 9 de Julio. Desde ese momento no lo vió más. El sábado a la tarde, José Oyola denunció la desaparición de su hermano en la Seccional 31ra.

Sabían que Juan Oyola no tenía abrigo, alimentos y ni un centavo. Anduvieron buscándolo y averiguaron que una mujer creyó verlo al Sur de la ruta 20, mientras un chico dijo que lo vio al Norte cerca de la finca El Chaparro.

Los policías de Las Chacritas -a cargo del comisario Ramón Morales-, del GERAS, Bomberos, los familiares y baquianos salieron a buscarlo en distintas direcciones. Hasta la agrupación Virgen de Fátima envió a unas decenas de jóvenes. La búsqueda fue en vano el domingo y el lunes. Ya temían que podía haberle sucedido lo peor.

Ayer al mediodía, los policías de la División Canes llevaron a sus perras "Gundy" y "Abril" para rastrear al anciano. Eso fue clave. "Gundy", una ovejera alemán que era seguida por los agentes Carlos Zárate y Ariel Gramajo y dos baquianos a caballos, empezó a marcar los rastros. Tomaron hacia el Noroeste y recorrieron 5 kilómetros hasta que se clavó en un desagüe. Después caminaron un kilómetro más hasta que hallaron una zapatilla de abuelo y una lata. A los 100 metros, siendo las 15:30, vieron a Juan Antonio Oyola sentado. Tenía la ropa con tierra como si se hubiera caído o dormido en el suelo, pero increíblemente estaba sano. "Empezó a sonar una sirena y nos avisaron que lo habían encontrado vivo. Fue una alegría tremenda. Es sorprendente, pero estaba como si nada y casi lúcido. Tenía sed nada más. Todavía me dice: yo no me he perdido, andaba buscando unas vacas", relató su hermano Miguel. Juan Oyola fue trasladado al Hospital Rawson y ahí le pusieron suero. Era una incógnita cómo se alimentó y soportó los cuatro días. Tampoco se lo preguntaban para no incomodarlo -dijo Miguel Oyola-, pero estaba bien de salud. Ayer, cerca de las 20, fue dado de alta.